Primer cara a cara de alto voltaje por la investidura de Salvador Illa. Lo han firmado el propio presidenciable del PSC y la mano derecha en el Parlament del aún fugado Carles Puigdemont, al que los Mossos d'Esquadra buscan con una agresiva Operación Jaula desplegada en las carreteras de Barcelona y sus accesos.
Como no podía ser de otra manera, la figura del expresident de la Generalitat ha monopolizado la intervención del presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet. A pesar de la ausencia de su líder, éste ha dejado caer que podría participar en la votación, prevista para esta tarde si no se produce antes una detención que derive en la suspensión del pleno.
Mofas al Supremo... y a los Mossos
"Esperemos que, antes de que termine el pleno, Puigdemont pueda ejercer sus derechos", comenzaba diciendo Batet. Los neoconvergentes han sido los primeros en responder en la sesión, ya que es el grupo con más representantes de la oposición. Para ello, han escogido un tono muy duro con el que ha repartido contra los socialistas y contra el Tribunal Supremo, pero también contra la policía de la Generalitat.
"Buscan al president Puigdemont de la misma manera que la Policía Nacional y la Guardia Civil buscaban las urnas a las puertas del 1-O", ha dicho para mofarse de lo ineficaz de la orden de detención que pesa sobre el líder del procés, cuyo cumplimiento recae sobre los Mossos d'Esquadra. Los agentes han instalado numerosos controles en las carreteras barcelonesas para registrar los vehículos que salen de la capital catalana, cosa que genera un auténtico caos circulatorio desde primera hora de la mañana.
"¿Vivimos en un Estado democrático, judicial o híbrido? ¿Mandan las urnas o las togas? Es sarcástico que los mismos que hoy quieren encarcelar a Puigdemont por desobedecer la ley, se nieguen ahora a aplicarla y malversen caudales públicos en procedimientos inútiles y, si me permiten, ilegales", ha rematado Batet, quien ha aseverado que no renunciarán "a la herencia del referéndum".
Reproches a Aragonès
Sobre la inminente presidencia socialista, el presidente parlamentario de Junts ha censurado que "la Generalitat quedará supeditada a Madrid y habrá una desnacionalización de Cataluña". Para él, con Illa, la comunidad tendrá "un presidente españolista y una Generalitat sucursalista", motivo por el cual también ha afeado a ERC su apoyo.
"Votará la presidencia del primer defensor en Cataluña del 155. Qué legado", ha ironizado el presidente del grupo parlamentario, refiriéndose directamente al hasta hoy president en funciones Pere Aragonès. A él también le ha reprochado que su partido no haya querido "explorar vías alternativas", sin atreverse "a tirar otra vez los dados para mirar de recuperar la iniciativa de los independentistas", en referencia a una repetición electoral.
Illa no entra en el juego
En su vuelta al atril para responder a Junts, Salvador Illa ha evitado caer en el tono bronco de los neoconvergentes, a los que ha acusado de proferir "afirmaciones excesivas de tono". "No las tendré en cuenta, prefiero que éstas las desmienta el paso del tiempo", ha dicho en su réplica. Sí ha querido recordar, para combatir el "problema de credibilidad y confianza" señalado por Batet, que "ninguna otra formación política ha aportado más votos de sus diputados a la Ley de Amnistía" que la de los socialistas.
De hecho, el presidenciable había arrancado su primer discurso con alusiones a Puigdemont, sin mencionarlo, reclamando la amnistía para el expresident porque "Cataluña debe contar con todo el mundo". Ha abogado por el "restablecimiento íntegro de los derechos políticos de todos los ciudadanos e instituciones de Cataluña" y ha instado a los jueces la "aplicación rápida de las disposiciones de la ley" porque "Cataluña debe mirar adelante, no puede perder el tiempo y debe contar con todo el mundo".
"Buena oposición"
Así las cosas, el líder del PSC ha expresado que se toma como "un estímulo" que su inminente Ejecutivo no vaya a contar con el apoyo de Junts. "Lo que espero es que hagan una buena oposición y, con ello, me ayuden a hacer un buen Govern", en palabras del presidenciable, quien ha pedido que el partido de Puigdemont se asemeje a CiU y sea capaz de sumarse a "grandes consensos". Pero Batet ha aprovechado su réplica para, con un tono acelerado, dinamitar cualquier puente posible entre ambas formaciones.
El líder parlamentario de Junts se ha acogido a la intervención inicial de Illa --breve para tratarse de una sesión de investidura-- para desautorizarlo: "Si su programa de Govern no llega a 40 minutos, que venga Dios y me diga que no ha sido un discurso vacío". Y ha rematado: más que "pasar página" para abrir una etapa de normalidad, según los neoconvergentes, lo que quiere Illa es "arrancar todas las páginas de la historia pendiente de Cataluña".