Los Mossos d'Esquadra han detenido a un agente del cuerpo policial autonómico acusado de colaborar en la nueva huida de Carles Puigdemont. Según las primeras informaciones, se trata del propietario del vehículo Honda, color blanco, con el que el prófugo ha desaparecido.
Tras el breve discurso que ha ofrecido a los pies del Arc de Triomf, el expresidente ha sido rodeado por los líderes de su partido, Junts per Catalunya, que lo han acompañado hasta una especia de tienda de campaña, montada en la parte trasera del escenario. A continuación, mientras la comitiva encabezada por Josep Rull iniciaba la marcha dirección al parque de la Ciutadella, donde se ubica el Parlament de Cataluña, Puigdemont ha logrado esquivar los miles de miradas que rodeaban los aledaños del paseo Lluís Companys.
Garantizar la nueva huida, el objetivo del agente detenido
Como el truco de El Ilusionista, ha desaparecido, camuflado entre la muchedumbre de seguidores que le arropaban. Ha subido en un coche blanco acompañado de otras personas y ha salido dirección de la Estación del Norte de Renfe. Los agentes de paisano de Mossos le habrían seguido a pie, pero le han perdido la pista. Ha sido en ese momento cuando se ha decidido activar la Operación Jaula.
El agente detenido ha sido, presuntamente, la persona encargada de garantizar la huida del prófugo. Es la segunda ocasión en que burla la policía catalana, hecho que pone en entredicho el cuerpo catalán.
Nadie sabe dónde está
Los Mossos d'Esquadra, que habían desplegado un discreto dispositivo para detener el prófugo, no han tenido tiempo de actuar. Han desplegado más de 350 agentes alrededor del parque de la Ciutadella y esperaban detenerlo allí, en las puertas del Parlament.
Pero el expresidente se ha esfumado ante los ojos de la multitud. También del cuerpo de seguridad catalán. Nadie sabe dónde está. Ni siquiera los agentes de la Comisaria General de Información, quienes, con el rostro desencajado, han empezado a peinar los aledaños del paseo, tras constatar que Puigdemont no se encontraba entre la comitiva que bajaba dirección al Parlament.
El cuerpo autonómico niega un pacto oficial para dejar escapar al expresidente, pero reconocen que el dispositivo de seguridad ha fallado. Al frente de este estaba el máximo responsable del cuerpo, Eduard Sallent, y la comisaria jefe de la Región Policial de Barcelona, Montserrat Estruch.
Evitar una detención mediática
Según las fuentes consultadas por Crónica Global, la voluntad de la policía catalana era la de evitar una detención mediática. Por lo tanto, era necesario "dejar pasar el discurso" y ejecutar el arresto una vez el expresidente se dirigiera hacia el Parlament. Extremo que, sin embargo, nunca ha sucedido.
En una excelente maniobra de distracción, Puigdemont -con la ayuda de al menos un agente de los Mossos d'Esquadra- ha desaparecido del escenario principal y ha dejado a los agentes desubicados.
"Hemos hecho el ridículo"
El sindicato mayoritario de la policía catalana, SAP-Fepol, lamenta que "una vez más" el cuerpo policial ha hecho "un ridículo espantoso". "El cuerpo no merece esto, esta vergüenza. El comisario jefe, Eduard Sallent, el director general, Pere Ferrer, y el propio conseller deben dar todas las explicaciones", ha manifestado el portavoz del sindicato, Toni Castejón.
Mientras, la conselleria de Interior, liderada en funciones por Joan Ignasi Elena (ERC) ha activado el gabinete de crisis, ante el evidente fallo de seguridad en el dispositivo de la policía autonómica. Todo ello, mientras el aún responsable del departamento participaba en el pleno de investidura, ya que es diputado y su voto es capital para que Illa consiga la mayoría absoluta que le convierta en president.
La reputación del cuerpo de seguridad catalán vuelve a quedar en entredicho.