Las negociaciones entre PSC y ERC para la investidura de Salvador Illa avanzan a buen ritmo en asuntos cruciales como la financiación singular o el cumplimiento de los acuerdos por parte del Gobierno de España. Ahora, el reto principal es seducir a una militancia que exige una pregunta “clara y rotunda” en la consulta que el partido convocará para avalar la elección del socialista como president de la Generalitat.
La decisión sobre llegar o no a un acuerdo con el PSC para evitar una repetición electoral en octubre ha encontrado a los republicanos en plena guerra interna entre los partidarios de la secretaria general, Marta Rovira, y el expresidente del partido Oriol Junqueras. No obstante, tras la crisis por los carteles de los hermanos Maragall, ambos dirigentes han llegado a un pacto de no agresión para que ERC no llegue rota al próximo congreso de noviembre.
Sacar el foco de los trapos sucios
Precisamente, el acuerdo para investir a Illa, si bien es “tragarse un sapo” para los independentistas, es una oportunidad para “sacar el foco” de los trapos sucios del partido y que se empiece hablar de “más financiación” y del cumplimiento de “deudas históricas” gracias a los 20 diputados que el partido obtuvo en el Parlament en las elecciones del pasado 12 de mayo.
“Podemos ser más útiles con 20 diputados que Junts con 35”, afirman voces republicanas que creen que el partido puede “remontar” si juega bien sus cartas.
El PSC debe hacer una propuesta "seductora"
En este sentido, es vital que el PSC haga una propuesta “seductora” para “ablandar” a la militancia, muy deprimida tras los malos resultados electorales y el “juego sucio” entre Junqueras y Rovira a cuenta de los carteles del Alzheimer. Principalmente, porque fuentes con predicamento entre las bases sostienen que la consulta no ha de presentarles un “acuerdo”, sino “la propuesta del PSC” para que los afiliados den “luz verde” a un pacto que sería posterior. Si bien otras fuentes saben que no las tienen todas consigo y que el acuerdo podría ser previo.
“La actual dirección no puede torear a la militancia, o está muerta”, amenazan históricos militantes del partido que esperan absoluta transparencia durante este proceso.
Una militancia con "cultura de partido"
Con relación a la pregunta, reivindican que sea “clara y rotunda” para evitar un “incendio”, sin ambigüedades como preguntar únicamente sobre la financiación singular o esconder el nombre del candidato a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa.
Pese a todos los obstáculos, cuadros de ERC recuerdan que la mayoría de dirigentes “tiene cargos públicos o aspira a tenerlos” y que la militancia hará lo que digan Rovira y Junqueras porque tiene “cultura de partido”. Por su parte, los más “guerrilleros” son los perfiles “jubilados” que hacen “ruido” en las agrupaciones, y los “jóvenes” que despotrican contra el PSC y el PSOE en las redes sociales.
Los próximos días serán fundamentales para ver si PSC y ERC llegan a un acuerdo de investidura y si Rovira y Junqueras logran arrimar a la militancia al sí que evitaría un suicidio del partido en unas nuevas elecciones. Para ello llevan semanas realizando una campaña soterrada, mientras que en público aún muestran escepticismo sobre pactar con sus adversarios socialistas.