Las elecciones catalanas del 12M hundieron a ERC a la tercera posición con 20 diputados, perdiendo así su posición hegemónica en el espacio independentista y el Govern de la Generalitat. Ni la gestión de Pere Aragonès como president ni concesiones por parte del Gobierno central como los indultos, la reforma del delito de sedición y malversación o la amnistía han servido para que los republicanos sobrevivan al empuje de Salvador Illa (PSC) y Carles Puigdemont (Junts), que polarizaron los comicios ya desde la precampaña.
ERC sufre una guerra de poder entre el sector junquerista y el de Marta Rovira, a lo que ahora se ha sumado la rebelión de las moquetas, con el manifiesto de más de 450 militantes pidiendo una renovación de la cúpula.
"Aristocracia de ERC contra las bases"
Fuentes de ERC explican a Crónica Global que se trata de un movimiento de la “aristocracia” del partido contra las “bases”. En su mayoría, son altos cargos de la Generalitat: consellers, secretarios y directores generales o asesores de primer nivel que vienen “pisando moqueta” desde hace años gracias a la situación privilegiada de ERC en el Parlament y en otras instituciones. Tanto las conseguidas durante los gobiernos de coalición con Junts, como en el último Ejecutivo en solitario de Aragonès.
Voces republicanas les recriminan que “el debate interno se hace dentro”, y que el manifiesto “sólo busca confrontar” y “hacer listas de buenos y malos”, hecho que reavivia el cainismo que tanto daño les hizo en el pasado.
"Carpetas separadas"
La solución pasa, según estas mismas voces, por un “debate serio y tranquilo”, sin excluir a nadie y acercando a las personas a un “proyecto abierto”. Una hoja de ruta diferente a la que habrían emprendido perfiles como la vicepresidenta Laura Vilagrà, la consellera de Territorio Ester Capella, el conseller de Empresa Roger Torrent y otros dirigentes del partido que se estarían equivocando al hablar de “renovación” y “reconectar” sin ir más allá del eslogan.
Frente a quienes acusan a este círculo de dirigentes próximos al Palau de salir a la palestra porque ven en juego sus cargos y la oportunidad de seguir pisando moqueta en las instituciones, otros dirigentes explican a este medio que “hay consenso en pasar a la oposición” y que ERC no gobernará con el PSC.
Es decir, que el manifiesto por la renovación y las negociaciones para la investidura son “carpetas separadas”, y que tiene toda la lógica que el partido haga autocrítica después de un ciclo electoral “desfavorable” y de “actitudes” de ejercer el poder de una forma “muy rígida”.
Nadie quiere confrontar con Junqueras
El objetivo del escrito es hacer reflexionar a quienes han detentado el poder total en la organización hasta ahora, Oriol Junqueras y Marta Rovira, si bien algunas voces relevantes de los firmantes no creen que nadie se postule para liderar la candidatura en caso de repetición electoral o para competir con el sector junquerista en noviembre. “La gente no está en la lógica de la confrontación”.
Con todo, habrá que ver si la rebelión de las moquetas se queda en un toque de atención para que Junqueras y Rovira den un paso “real” a un lado, o si emergen nuevos liderazgos republicanos en las próximas semanas.
Pocos creen que entre los consejeros del Govern saliente pueda haber alguien decidido a dar un paso adelante. Y es que el “miedo a quemarse” en una repetición electoral o en la travesía del desierto que se le avecina a ERC estaría por encima de estos impulsos renovadores.