Por mucho que se repita mil veces una mentira, no se convierte en verdad. Así lo aseguran fuentes del sector pragmático de Junts, que en declaraciones a este medio reconocen que el único que cree que Carles Puigemont va a ser investido president de la Generalitat es “él mismo y sus aduladores”. Ven “teatro” en el relato que mantiene el fugado en los últimos días.
Y es que el candidato de Junts insiste en que tiene más posibilidades de ser investido en segunda votación --en el que se requiere una mayoría simple-- que el ganador de las elecciones, Salvador Illa. Pero nada más lejos de la realidad, pues cabe recordar que no solo necesita el voto a favor de una Esquerra Republicana a la que no le conviene dar una segunda vida a su enemigo político, sino también la imposible abstención de los socialistas.
¿Se irá Puigdemont?
Días antes de arrancar de forma oficial la campaña para las elecciones del 12 de mayo, Puigdemont lanzó un órdago. Anunció que regresaría a Cataluña el día de la investidura del próximo president, pero no solo eso. Aseguró que dejaría la política en activo si su candidatura personalista no consigue la mayoría necesaria para superar la investidura.
Las urnas han evidenciado que no tiene ninguna posibilidad. Ni siquiera en segunda votación el prófugo podría obtener los apoyos, ya que el PSC --que ostenta la mayor fuerza parlamentaria, con 42 diputados-- ha anunciado que no dará su necesaria abstención para que el candidato de Junts se haga con el poder. Es más, Puigdemont no cuenta tampoco con los votos favorables de sus exsocios de Govern; menos aun tras unos comicios en que les ha arrebatado la hegemonía del independentismo como punto final a años de críticas y reproches feroces hacia los republicanos.
La situación de ERC no ayuda a Puigdemont
El batacazo de ERC en las elecciones del pasado domingo ha provocado un goteo de dimisiones en el partido --entre los cuales el candidato, Pere Aragonès; la secretaria general Marta Rovira; y el viceconsejero Sergi Sabrià--. La delicada situación ha aumentado la presión por parte de dirigentes a facilitar la investidura de Illa, ya sea quedándose en la oposición o haciendo lo propio pero a cambio de “cargos en el sottogoverno” de la Administración. Una salida que permitiría a ERC mantener parte de la influencia que ha tenido en los últimos años, o ayudar a mitigar la pérdida de poder institucional.
El apoyo a los socialistas es lo único que mantendría vivos a los republicanos, conscientes de que el resto de opciones --apoyar una investidura fallida de Puigdemont o bloquear la elección de un gobierno-- derivaría en una repetición electoral que supondría un tiro en el pie. Y es que las fuentes consultadas no descartan bajar de los 20 diputados e incluso ser superados por el PP, que ahora solo se distancia en cinco representantes.
Un secreto a voces en Junts
La intención de los republicanos es conocida, incluso, por los miembros de Junts. Los neoconvergentes aseguran a este medio que la insistencia de Puigdemont de probar su investidura es solo “un teatro” para mantener su relato y evitar tener que hacer lo que prometió: marcharse de la política. De puertas para fuera se muestran convencidos de que “ERC acabará cediendo” ante Illa, ni que sea “a cambio de la presidencia del Parlament”.
Recuerdan que ERC no solo ha sido descabalgada al tercer puesto por parte de Junts, sino que la relación entre los líderes de ambas formaciones no se encuentra en su mejor momento. Así es desde 2017. De hecho, es conocida la mala relación entre Oriol Junqueras y Carles Puigdemont por sus discrepancias con la hoja de ruta independentista durante los momentos más álgidos del procés.
"Puigdemont no tiene ninguna posibilidad"
“Puigdemont no tiene ninguna posibilidad”, asumen las mismas voces, que lamentan que el prófugo se rodee de personas que le dicen lo que quiere escuchar. “Tiene dos o tres aduladores que le explican milongas”, espetan. Un reproche que viene siendo habitual en los últimos años, donde Puigdemont no ha hecho más que consolidar su hiperliderazgo a la par que el partido ha ido retrocediendo en apoyos electorales y en cuotas de poder en Cataluña.
Con todo, por ahora, estas críticas no pasarán de la esfera privada a la esfera pública, ya que se respetarán los tiempos y la forma en la que Puigdemont habrá de irse retirando de la primera escena política. Algún día.
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