Carles Puigdemont ha dado otro giro en su estrategia, en un nuevo intento a la desesperada de alcanzar poder en la Generalitat y evitar hacer lo que prometió: marcharse de la primera línea política. En un apunte en las redes sociales, ha reconocido que ganar las elecciones no implica ser president, por lo que ve con buenos ojos que cualquiera pueda presentarse a la investidura si consigue los apoyos.
Cabe recordar que, durante la campaña, los neoconvergentes amenazaron con "consecuencias" al PSC si Salvador Illa no ganaba las elecciones e intentaba formar Govern a través de pactos con otros partidos, como ocurrió en el Ayuntamiento de Barcelona. Ahora, esa fórmula sí que vale para ellos, al ver que los socialistas han ganado con 42 escaños, mientras que Junts ha quedado en segunda posición con 35 representantes.
"Hoy Sánchez sigue en el cargo"
Según Puigdemont, el año 2006 Artur Mas ganó las elecciones con seis diputados más de los que ahora tiene el PSC, "pero no gobernó". El año pasado, "Collboni perdió las elecciones en el Ayuntamiento de Barcelona y fue alcalde gracias a un pacto con el PP, y tiene un gobierno en minoría", ha recordado. Pero tampoco han faltado críticas a Pedro Sánchez, a quien su partido dio apoyo a cambio de la amnistía que le permitiría volver en unas semanas: "Perdió las elecciones españolas y hoy sigue en el cargo gobernando en minoría", ha espetado.
Por ello, ha cargado contra aquellos que discuten "la legitimidad" de que ahora, en Cataluña, "se pueda hacer lo mismo". "Me parece incoherente y extraño", ha manifestado. Y ha asegurado que todos tienen derecho a intentar formar gobierno "si cree que puede reunir los apoyos parlamentarios". "Descalificarlo de entrada, sobre todo por parte de los que se han beneficiado siempre de este juego y consideran que criticarlo es no reconocer la legitimidad del gobierno resultante, es un error", ha concluido.
Hoy por hoy, el fugado no cuenta con los apoyos necesarios para ser investido. Desde ERC siguen lamiéndose las heridas por los malos resultados obtenidos el domingo, cuando fueron apeados de la hegemonía independentista con tan solo 20 diputados. Los republicanos tendrán que desempatar entre Salvador Illa o Puigdemont. Por su parte, los socialistas ya han rechazado abstenerse para facilitar su elección, aunque ello implique una repetición electoral.