Los ‘indepes’ tiran de viejas glorias en su campaña más decisiva
Junts se planteó que Jordi Pujol cerrase la lista, pero el "núcleo" de Puigdemont lo paralizó para evitar fugas de voto de los radicales hacia otras opciones como Alhora o Aliança Catalana
6 mayo, 2024 00:00Noticias relacionadas
Junts se juega recuperar la hegemonía independentista en las próximas elecciones catalanas del 12 de mayo. Con ese objetivo apelan también a sus votantes menos movilizados, aquellos “nostálgicos” a quienes quieren recordar que, si bien ahora el partido atraviesa un momento de vacas flacas, no lo fue en el pasado “ni debería serlo en el futuro”. Para ello, la formación está tirando de viejas glorias en su campaña más decisiva, como los expresidentes de la Generalitat Jordi Pujol o Artur Mas. A ambos les une el gen convergente que algunos quieren recuperar en el “medio y largo plazo”. O lo que es lo mismo: tras la etapa de Carles Puigdemont.
A un día de arrancar la campaña, Pujol aparecía por sorpresa en una cena del Centro de Martorell El Progrés en la que se dirigía a los militantes para anunciar su sentido de voto hacia el prófugo. Un hecho que no es baladí, pues que el expresidente de la Generalitat resucite a días de poner las urnas obedece una estrategia de una parte de Junts que quiere “reconciliarse con su pasado convergente”, reconocen algunas voces a Crónica Global.
Ya lo ha intentado con otros fichajes -como el del número tres Josep Rull-, para conectar de nuevo con una parte del electorado independentista que se bajó de la estrategia radical del todo vale por la independencia.
Se intentó que Pujol cerrase la lista
Que Jordi Pujol pida su voto para los neoconvergentes es un guiño hacia el votante moderado que, en las últimas citas electorales, se ha sentido huérfano de siglas. Un votante que, esta vez, puede tener la tentación de votar al PSC como un partido de orden. De hecho, cabe recordar que el candidato del PSC, Salvador Illa, ha reivindicado una parte del legado de los expresidentes Pasqual Maragall y José Montilla, pero también de Jordi Pujol.
Es tal la magnitud de su figura que la formación se planteó que fuese él quien cerrase la lista, pero la opción no fue viable por las reticencias del “núcleo" de Puigdemont. Lo veía un movimiento arriesgado. Por un lado, se trata de un entorno todavía reacio a devolver a Junts la esencia convergente y que considera que, con la figura del prófugo, ya tienen “suficiente” para atraer el voto útil independentista frente a una Esquerra que pasaría a la tercera posición.
Por otro lado, y no menos importante, son partidarios de no mover fichas que puedan provocar fugas de voto hacia otras formaciones como PSC -en el ámbito pragmático- o hacia el Alhora de Clara Ponsatí o la Aliança Catalana de la ultra Sílvia Orriols –en el lado más radical-. Motivos suficientes para que el expresident no tenga una “participación demasiado activa" durante los días que quedan de campaña por las controversias que genera su figura. Sin olvidar también su caso de corrupción.
Artur Mas hace campaña por Junts
Este no es el caso de Artur Mas. Un político que, si bien los más radicales lo ven demasiado moderado, también le reconocen su implicación en la hoja de ruta independentista y es asociado a los orígenes del procés. De hecho, para muchos, él fue “el último gran president” antes de la llegada de Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonès.
Hasta ahora, la participación de Mas en la campaña de Junts ha sido “discreta” por su relación con el PdeCat. Pero hace unos días se dejó ver con el secretario general, Jordi Turull, en un acto en Vilassar de Mar (Barcelona) en el que pidió el voto por Puigdemont. Así pues, no sorprendería que el expresident que pasará a la historia por la consulta del 9N para los indepes participe más activamente en el último sprint.
Con el rescate, los neoconvergentes se reconcilian con todos aquellos representantes públicos que abandonaron Junts por su deriva radical y que acabaron en el espacio más moderado de un PdeCat que no acabó cuajando. Son “pasos” con los que, las mismas fuentes, ven más cercano el regreso a Convergencia, pero admiten que "la transición no será fácil". Y es que Puigdemont aun no ha dado carpetazo a la etapa de 2017 y seguirá mandando en el corto y medio plazo. Que el fin de esta era esté más o menos cerca, lo decidirán los catalanes el 12 de mayo.