Me gusta / No me gusta... Jéssica Albiach
¿Quién es la candidata de Comuns Sumar al 12M? Andrea Rodés y Joaquín Romero comentan el perfil político de la diputada morada
3 mayo, 2024 00:00'Lo que me gusta de Jéssica Albiach', por Andrea Rodés
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Me gusta que Jéssica Albiach sea presumida y su Instagram esté inundado de selfis y primeros planos en los que sale siempre guapa y sonriente. En una foto tomada hace unos días aparece tumbada en la playa de la Barceloneta, vestida con una sudadera rosa con capucha y un pantalón de chándal verde, en un look casual sport muy estudiado, y debajo escribe: “Llenando el almacén de reservas, últimos días de tranquilidad antes del #12M”. Yeah.
Me gusta que sea de la cosecha del 79, como yo. Los nacidos en 1979 estamos un poco perdidos. ¿Somos los pioneros de la generación milenial o los últimos de la generación X? ¿Aspirábamos a casarnos, tener hijos y comprarnos un piso, o a viajar por el mundo y ser libres? Lo bueno es que somos adaptables a cualquier contexto.
Me gusta que haya estudiado periodismo y fotografía, seguro que es buena comunicadora y tiene un elevado sentido de la estética (su Instagram es la prueba).
Me gusta que esté muy unida a su madre y que, con ocasión del Día de la Madre, colgase un selfi de ellas dos tuneado con mariposas. “A ella le gusta celebrar el Día de la Madre y a mí me gusta verla feliz y recordar que haya sido ella, y que esté a mi lado”, escribe. Y termina con un “feliç dia, feliç any i feliç vida, mamà. Gràcies per tot, t'estime ❤️”. Me gusta que diga “mamá” y no “mama”. Debe ser lo habitual en valenciano. En Cataluña, si dices “mamá” en lugar de “mama” hablando en catalán, como hacemos en mi casa, suelen decirte que eres de familia pija.
Me gusta que se haya posicionado firmemente en contra del macroproyecto Hard Rock en Tarragona. Creo que la decisión de albergar el casino más grande de Europa (con todo lo que comporta: mafias, blanqueo de dinero, desarrollismo urbanístico…) debería votarse en referéndum, porque condicionará nuestros valores como país.
Me gusta que su recomendación literaria para el pasado Sant Jordi no fuera una novedad editorial, sino una novela de 2020 basada en un caso real: el asesinato de un joven de 18 años en 1993 en Montanejos (Castellón) por un grupo de extrema derecha mientras acampaba con amigos. En unas declaraciones para El Nacional.cat, Albiach dijo recomendar este libro —Guillem (Àmsterdam, 2020), de la periodista Núria Cadenes— porque “ahora estamos viendo que la barbarie vuelve con más fuerza que nunca a las instituciones y calles del País Valencià”. “No es una novedad de este año, pero creo que hay que tener presente más que nunca la memoria de Guillem Agulló”, dijo la candidata valenciana de Comuns Sumar. No conocía el caso. Valencia y Cataluña. Tan cerca, tan lejos.
'Lo que no me gusta de Jéssica Albiach', por Joaquín Romero
La periodista y política valenciana es un valor en alza de la izquierda catalana, donde se mueve desde el 15M. Tiene buena oratoria y su puesta en escena es creíble, mucho más que la media del Parlament y también por encima de otras compañeras de Comuns Sumar, la candidatura del 12M que encabeza.
Todos los partidos, y sus dirigentes, entran en contradicciones, especialmente cuando gobiernan y los proyectos programáticos se enfrentan a la realidad. En el caso de Albiach eso se ha hecho muy evidente, sin necesidad de abandonar la oposición.
Su grupo parlamentario apoyó los Presupuestos de la Generalitat del 2022 y 2023, en los que se contemplaba la construcción del complejo Hard Rock, con el casino incluido. Pero ha negado sus votos a los de 2024 precisamente por el proyecto lúdico de Tarragona provocando la prórroga de las cuentas, la convocatoria electoral adelantada y la congelación de los Presupuestos Generales del Estado.
La razón esgrimida es que “las circunstancias han cambiado”, un argumento que da pie a pensar que el único cambio es que Ada Colau no es la alcaldesa de Barcelona y tampoco formará parte de su equipo de gobierno.
A esa aparente contradicción de su partido, se unen otras de la propia candidata. Por ejemplo, recibe a sus seguidores desde la cuenta de Instagram con la frase Qui perd els orígens, perd identitat, pero a la vez es firme defensora de la imposición de una sola lengua vehicular en la enseñanza en Cataluña al margen de cuáles sean los orígenes de los alumnos y de sus familias.
Ella misma priorizó la calidad de la educación sobre el idioma en que ésta se impartía para cursar sus estudios, también los universitarios. Y siempre lo hizo en centros privados, pese a que ahora es muy partidaria de la enseñanza pública.
También parece incongruente que proponga un gravamen del 30% en la adquisición de viviendas cuyo propietario no las habite para luchar contra la especulación. Porque ella misma ha informado a la Cámara catalana que mantiene viva una hipoteca con la que adquirió una casa en su Valencia natal, donde no reside desde hace 14 años.