Manifestación independentista en Barcelona, en 2019

Manifestación independentista en Barcelona, en 2019 David Zorrakino EUROPA PRESS

Política

El independentismo se reformula: ¿será el 12M el portazo al 'procés'?

Los grandes partidos independentistas moderan su discurso durante la campaña hacia el 12M, ante la desmovilización de la ciudadanía

28 abril, 2024 16:30

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El independentismo está experimentando una paradoja: carece de fuelle para culminar el procés que quedó encallado en 2017, pero nadie ha conseguido hasta ahora enterrarlo, una situación que está obligando a ERC y JxCat a inclinar su hoja de ruta hacia un mayor gradualismo para adaptarse a la desmovilización.

Uno de los eslóganes más repetidos por el candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, es su apuesta por "pasar página" y "dejar atrás diez años perdidos", una idea que firman también -aunque con recetas muy distintas de las de los socialistas- el PP, Vox y Ciudadanos.

Del resultado de las elecciones catalanas del 12 de mayo dependen algunas de las incógnitas respecto al futuro del independentismo. Es posible que sirva para finiquitar el procés o que haga de palanca para volver a movilizar a políticos y ciudadanos. Por el momento, parece estar claro que los líderes han moderado su discurso, con una narrativa que gira en torno a asumir más competencias para la Generalitat, en vez de romper con el Estado.

La DUI, en el cajón

Tras unos años de resaca por los acontecimientos de 2017 y sus consecuencias judiciales y ante la paulatina desmovilización del independentismo en la calle, las proclamas a favor de una declaración unilateral de independencia (DUI) han desaparecido de los programas de ERC y JxCat, y tampoco la CUP insiste en ello, ya que prefiere marcar perfil con reivindicaciones socioeconómicas.

Carles Puigdemont, en un acto de campaña

Carles Puigdemont, en un acto de campaña EUROPA PRESS

Una vez pactada la ley de amnistía en Madrid, el presidente de la Generalitat y candidato de ERC a la reelección, Pere Aragonès, hace hincapié en dos propuestas que a finales de 2017 se consideraban casi heréticas, pura pantalla pasada: un acuerdo sobre las bases para celebrar un referéndum de autodeterminación pactado con el Estado y una financiación autonómica singularizada para Cataluña.

Pese a las apelaciones retóricas a no renunciar a la vía unilateral, lo cierto es que Junts también la ha aparcado: invistió con sus votos a Pedro Sánchez y, para las elecciones del 12M, aunque la independencia sigue siendo su horizonte, Puigdemont promete una mejor gestión del autogobierno y plantea propuestas más gradualistas como cancelar la deuda pública de la Generalitat con el Estado.

Lucha de poder

Las tensiones entre las dos principales fuerzas independentistas vienen de muy lejos, con el procés se intensificaron porque ambas luchaban por la hegemonía de este espacio, pero la cuerda que las unía por su objetivo común se rompió en octubre de 2022, cuando JxCat abandonó el Govern de Pere Aragonès.

Pere Aragonès, en un acto de campaña

Pere Aragonès, en un acto de campaña EUROPA PRESS

El 12M, Puigdemont aspira a conseguir una ventaja suficiente para que no se discuta la hegemonía de Junts y, a partir de ahí, tender la mano a ERC para recoser la unidad. En las filas republicanas no se creen sus apelaciones a la unidad y Aragonès, que siempre rehuía el choque con JxCat, ahora se prodiga en reproches hacia Puigdemont por centrar la campaña en su retorno a Cataluña y no ofrecer propuestas tangibles.

La búsqueda del cuarto espacio

Hasta ahora, los intentos de consolidar un cuarto espacio independentista, más allá de ERC, JxCat y CUP, no han acabado de cuajar, a excepción del breve paso de Solidaritat Catalana per la Independència por el Parlament entre 2010 y 2012.

Clara Ponsatí, en un acto de campaña

Clara Ponsatí, en un acto de campaña EUROPA PRESS

Quien quiere intentarlo el 12M es la exconsellera y eurodiputada Clara Ponsatí, que se presenta por Alhora tachando de "autonomistas" a ERC y JxCat, pero las encuestas vaticinan que se va a estrellar. En cambio, los sondeos detectan que quien puede dar la campanada es Aliança Catalana, formación de extrema derecha independentista liderada por la alcaldesa de Ripoll (Girona), Sílvia Orriols.

Pactar con la extrema derecha

Después de lograr un hito en las elecciones de 2021, con una mayoría absoluta de votos (52%) y escaños (74), el independentismo podría perder su lugar en el Parlament, según apuntan varios sondeos, entre ellos el último del CIS, lo que abriría las puertas de la Generalitat a un PSC que podría buscar un pacto con ERC y comunes.

Hay otro escenario hipotético que sería endiablado para el independentismo: disponer de mayoría absoluta, pero supeditada a los diputados de Aliança Catalana. Tanto Aragonès, que ha asegurado que no cuenta con los votos de Orriols, como Puigdemont se encontrarían en este caso en una gran encrucijada, puesto que abrir negociaciones con la extrema derecha supondría perder el apoyo de la CUP, que muy probablemente obtendrá una mayor representación.