El candidato del PP catalán a las elecciones del 12 de mayo, Alejandro Fernández, asegura que la sintonía política con Alberto Núñez Feijóo "es total sobre lo que hay que hacer en Cataluña". Pese a las discrepancias tras las conversaciones entre la dirección nacional y Junts para intentar la investidura del popular, se siente "orgulloso de formar parte de un partido que no es una secta". Algo que, a su parecer, "no puede decir el PSOE" que expulsa a aquellos que discrepan.
En una entrevista con Crónica Global, el líder catalán garantiza que nunca hablará con un Junts que "nada tiene que ver con la antigua Convergencia". Es más, define a los de Carles Puigdemont como un "movimiento identitario tremendamente agresivo". "Hacer hipótesis que no van a suceder solo llevan a la melancolía", agrega.
- Alberto Núñez Feijóo tuvo que consultar en Cataluña si usted era el mejor candidato del PP para las elecciones. ¿Siempre tuvo claro que iba a serlo?
- La verdad es que sí. Lo que pasa que hay que respetar los procedimientos internos del partido. Había también una negociación con Ciudadanos que no solo afectaba a las elecciones catalanas, sino a las europeas. Por tanto, era una cuestión que tenía que resolverla la dirección nacional.
- Ha tenido rifirrafes con la dirección nacional por los contactos que hubo con Junts para intentar una investidura de Feijóo. ¿Se han reconciliado?
- La sintonía política es total sobre lo que hay que hacer en Cataluña. Me gusta recordar que estoy muy orgulloso de formar parte de un partido que no es una secta. Yo he podido discrepar puntualmente, pero soy el candidato. Lo digo porque, en el PSOE, al que discrepa lo expulsa. Es la diferencia ética entre el PP y PSOE.
- La candidatura del PP para el 12M es de consenso, pero hay quienes aseguran que está pensada para su relevo. Destaca la figura del número dos, Manu Reyes, que sonó como uno de sus sustitutos…
- Estoy muy orgulloso de la candidatura con la que voy a las elecciones. Es mi candidatura y, como digo siempre, yo les voy a defender a ellos y ellos a mí. Los procesos de elaboración de listas siempre generan mucha rumorología, pero yo estoy contento con el equipo que llevo.
- Igualmente, ¿ha renunciado a que personas de su confianza vayan en las listas?
- Es que yo niego la mayor, todo eso forma parte de la rumorología. Y como digo siempre, si la rumorología fuera cierta yo hace tiempo hubiese dejado de ser candidato. A veces, los rumores son más en algunos circuitos político-periodísticos que luego la realidad.
- La coalición con Ciudadanos finalmente no fue posible. Ahora, Carlos Carrizosa está diciendo que usted es un “candidato marioneta” de Feijóo. ¿Qué opina?
- Yo tengo muy claro quiénes son mis rivales en estas elecciones y, aunque solo sea por respeto al hecho de que durante mucho tiempo Ciudadanos estuvo en la trinchera de la defensa de la Constitución, no voy a dedicarme a entrar en rifirrafes. Para mí, el rival es el separatismo.
- ¿Cómo ve ahora mismo al constitucionalismo catalán? ¿Está desmovilizado?
- Está reagrupándose en torno al PP. Eso es indiscutible. Pero es cierto que tenemos que ser capaces de ilusionar y de movilizar. También debo decir que yo no había percibido desde hace muchos años el entusiasmo que percibo en los actos del PPC. Fue especialmente notorio el día de la presentación de las candidaturas, en aquel mitin abarrotado en el que había sensación de euforia que a mí me permite ser optimista.
- Dice de recuperar la ilusión. ¿Cómo se consigue eso?
- Puedo entender que hay mucha gente que está cansada, porque es normal después de 12 años de procés. También mucha gente que pueda pensar que esto no tiene remedio. Lo comprendo, pero no lo comparto. La gente con su voto tiene la oportunidad de cambiar las cosas y de enviar al separatismo en la oposición. Por tanto, yo creo que es suficientemente motivador para salir y votar cambio, que es el PP.
- ¿Usted puede garantizar que el PP que lidera en Cataluña nunca hablará con Junts?
- Junts no tiene nada que ver con la antigua Convergencia. Nunca he idealizado a la antigua Convergencia porque son corresponsables de muchas de las cosas malas que le han ocurrido a Cataluña, pero como mínimo era un partido que se movía en los parámetros de la legalidad y el respeto al adversario. Eso no se da con Junts, cuyas tesis es que el Estado es fascista y que todos los que no pensamos como ellos somos fachas o represores. Ya me dirá usted qué tengo que hablar yo con ellos.
- Pero ¿y con un Junts sin Puigdemont? El otro día dejó la puerta abierta a irse de la política si no ganaba las elecciones…
- No caerá esa breva. Ojalá, lo estamos deseando muchísimos. Pero también hago una reflexión: cuando se pensaba que no podía venir nada peor que Puigdemont, vino Torra. Cuando se pensaba que no podía venir nada peor que Torra, aparece Laura Borràs; y ahora aparece Míriam Nogueras. Es que cada vez van a peor, yo no sé quién puede ser el futuro líder de Junts, pero no auguro nada bueno. Si alguien cree que Junts se va a transformar en la antigua Convergencia, se equivoca gravemente. Junts es un movimiento identitario tremendamente agresivo y que, básicamente, está destinado a erosionar e intentar liquidar la democracia. Por tanto, hacer hipótesis que no van a suceder solamente llevan a la melancolía.
- Aunque hay perfiles como Josep Rull, el número tres, o Jaume Giró, número 11. ¿Le despiertan más simpatía?
- Yo lo que creo, sinceramente, es que participaron y votaron todos en la ley de transitoriedad, apoyaron la declaración de independencia, cometieron graves delitos… Cada vez que ha aparecido alguien que ha intentado centrar, lo han liquidado. El propio señor Giró fue purgado, por lo que queda muy claro que ese no es el futuro de Junts. El futuro de Junts es la radicalidad, no la moderación.
- Por otro lado, ¿cuándo está previsto que se celebre el congreso del PPC?
- Ahora mismo me interesa cero esa cuestión. Estoy centrado en darle la oportunidad a Cataluña y, por tanto, las cuestiones internas del partido ni siquiera me las planteo.