Laura Borràs lo ha sido todo en Junts: consellera de Cultura, jefa de filas en el Congreso de los Diputados, candidata a la Generalitat, presidenta del Parlament y, actualmente, presidenta del partido. Sin embargo, en los últimos tiempos ha ido perdiendo posiciones frente a otras familias, especialmente a raíz de los escándalos de corrupción y su traumática salida de la Cámara autonómica. Su influencia, si bien ha ido a menos en los últimos años, aún se hace notar, motivo por el que Carles Puigdemont está haciendo los últimos encajes de bolillos en su candidatura personalista para contentar a Borràs. De momento, no se conocen detalles oficiales más allá de los cabezas de lista de provincias.
Según ha podido saber Crónica Global, en estos días decisivos para el futuro de Junts, Borràs está intentando que Francesc de Dalmases y David Torrents vayan en los 18 primeros puestos de la lista por Barcelona. De ser así, ambos tendrían opción de entrar en el Parlament si los resultados de Junts son los esperados, por lo que los borrasistas seguirían teniendo influencia en el grupo parlamentario.
Dalmases y Torrens, sus únicos apoyos
Dalmases forma parte de su grupo de acólitos desde hace años. Ha sido su compañero ante la adversidad y ella no ha dudado en corresponderle con su apoyo, incluso cuando éste fue acusado de abuso de poder frente a una periodista de TV3. Torrents, que se estrenaría como parlamentario, es conocido por su profesión de mosso d’esquadra, fue concejal en el Ayuntamiento de Badalona y, actualmente, ejerce como secretario de organización formal en Junts. Quienes le conocen le acusan de “cambiarse de bando” según sus intereses, pues aseguran que, aunque es “abiertamente afín a Laura Borràs”, en los últimos tiempos ha coqueteado con pasarse al bando que ahora lidera la formación y que es más afín al secretario general, Jordi Turull.
Cabe recordar que Borràs empezó la legislatura con una guardia pretoriana en el Parlament formada por Dalmases, Jaume Alonso-Cuevillas, Aurora Madaula y Cristina Casol, pero la ha acabado prácticamente sola después de tener que abandonar la Cámara y que sus soldados hayan ido cayendo por el camino. El abogado Alonso-Cuevillas abandonó su escaño; la secretaria segunda del Parlament denunció “violencias silenciosas” por parte de “compañeros y compañeras”, y ha acabado en un cierto ostracismo; y Casol fue expulsada del grupo parlamentario tras denunciar también acoso entre las filas de los neoconvergentes, refugiándose en el grupo mixto.
Equilibrios entre las distintas familias
Ante este panorama y pérdida de influencia en el Parlament, las voces consultadas confirman que Borràs está intentando “colocar a los pocos apoyos que le quedan” en la candidatura que está preparando Puigdemont. Una candidatura difícil, ya que el expresident fugado debe hacer “equilibrios entre las distintas familias de Junts para que no se rompan las costuras”, además de incluir a personas independientes que desborden las siglas con la intención de cazar votos en la base independentista descontenta tras años de promesas incumplidas.
“Borràs no perdonaría que no hubiese de los suyos en las listas”, aseguran los mismos que recuerdan que la mejor forma de garantizarse los apoyos es “intentar meter a gente dentro que luego te deba favores”.
"No dejarán 'colgada' a Madaula"
Por otro lado, el caso Madaula sigue vivo. La secretaria segunda de la Cámara autonómica sigue pendiente de que se pronuncie la Oficina de Igualdad, que deberá determinar si en Junts existen “violencias silenciosas”, como ella misma denunció hace unos meses en un pleno de mujeres. La denuncia tensionó las relaciones con Borràs, quien en los últimos tiempos ha intentado limar asperezas con Turull. El motivo: el secretario general goza de un indudable poder y autoridad sobre los cuadros de la formación, y ella está inhabilitada por prevaricación y falsedad documental, lo que conlleva la imposibilidad de cobrar del erario público por un cargo político institucional.
Es decir, su principal opción para continuar “con chófer y sus dos asesores”, según voces neoconvergentes, es estar a buenas con el todopoderoso secretario general. Un fontanero que trabaja discretamente y que siempre rema a favor de no abrir enfrentamientos en el seno del partido.
No obstante, y pese al evidente acercamiento, fuentes advierten de que Borràs no desea “estar a malas” con Madaula, con quien siempre mantuvo una gran relación y a quien debe recompensar su apoyo durante todos estos años. La dirección le buscará "cobijo" para “no dejarla colgada”, aunque descartan que su lugar esté en las listas para las elecciones catalanas del 12 de mayo, después de los difíciles episodios de los últimos meses. Con todo, serán Borràs y Puigdemont quienes deban echarle imaginación a este rompecabezas.