El expresidente de la Generalitat fugado y eurodiputado, Carles Puigdemont

El expresidente de la Generalitat fugado y eurodiputado, Carles Puigdemont EUROPA PRESS

Política

La amnistía de Puigdemont se ve eclipsada por el adelanto electoral en Cataluña

  • El pistoletazo de salida a la campaña ha generado prisas en Junts, donde el prófugo podría asumir la candidatura a empujones pese a que lo que realmente quiere es repetir como eurodiputado
  • ERC le ha marcado un gol convocando las elecciones catalanas antes que las europeas, no dándole tiempo a crecer políticamente desde Bruselas, ni a planificar un retorno triunfal con todas las garantías
15 marzo, 2024 00:00

Noticias relacionadas

La foto de la semana iba a ser la de la aprobación de la Ley de Amnistía, que fue bloqueada por Junts el 30 de enero y tuvo que regresar a la comisión de Justicia del Congreso. No obstante, finalmente la foto más importante se la ha llevado el president de la Generalitat, Pere Aragonès, con la convocatoria de las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo, después de que los comunes no hayan dado su brazo a torcer en la negociación de los presupuestos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su vicepresidenta María Jesús Montero, en el Congreso

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su vicepresidenta María Jesús Montero, en el Congreso EFE / Chema Moya

El adelanto electoral ha encontrado a los partidos catalanes con la maquinaria a medio gas, pero a unos más que a otros. Es evidente que ERC -que en enero ya proclamó como candidato a Aragonès y remodeló el Govern para empoderar a Laura Vilagrà y Sergi Sabrià- se encuentra en disposición de dar la batalla electoral. Más aún teniendo en cuenta que dispone de la maquinaria institucional de la Generalitat y un peso importante en ayuntamientos y diputaciones.

¿Puigdemont como candidato?

Es un caso similar al del PSC, que gobierna la mayoría de consistorios de Cataluña, diputaciones, tiene representación en el Gobierno de España y en el sottogoverno y, además, su congreso estaba fijado para este fin de semana. Un cónclave donde los socialistas ratificarán a Salvador Illa como primer secretario y candidato, y que supondrá un gran acto de campaña con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente Pedro Sánchez como estrellas invitadas para arropar a su líder.

Pero el pistoletazo de salida a la campaña ha generado prisas en otros dirigentes. Es el caso del fugado Carles Puigdemont, quien podría asumir la candidatura de Junts a empujones de su partido pese a que es un secreto a voces que lo que realmente le hace ilusión es repetir como eurodiputado. Tanto es así que no está descartado que finalmente lo sea. El Consell Nacional de Junts ya aprobó su candidatura a Europa, una posición bien remunerada y menos arriesgada que un combate electoral frente a adversarios como Aragonès e Illa. Con todo, es su candidatura a la Generalitat la que realmente está en el aire. Lo decidirán los neoconvergentes en unas primarias el sábado 23 de marzo.

El secretario general de Junts, Jordi Turull

El secretario general de Junts, Jordi Turull EUROPA PRESS

 

Puigdemont podría presentarse a los comicios aunque en mayo no estuviese lista la ley de amnistía, ya que aunque tenga orden de detención emitida por el Tribunal Supremo, puede presentarse de forma legal al no estar inhabilitado. Sin embargo, podría ser detenido al entrar a España si no se ha aplicado antes la norma que ha sido aprobada este jueves en el Congreso de los Diputados. En este sentido, cabe recordar que ya se presentó a las elecciones catalanas de 2021 aún estando fugado, para luego no recoger su acta y ceder el testigo a Laura Borràs. Un caso muy similar al de 2017, cuando también encabezó la lista y los carteles electorales sin llegar a regresar a Cataluña y pasando el liderazgo a Torra.

Un retorno triunfal no planificado

Así las cosas, no cabe duda de que ERC le ha marcado un gol convocando las elecciones catalanas antes que las europeas, no dándole tiempo a crecer políticamente desde Bruselas, ni a planificar un retorno triunfal con todas las garantías. Ahora, los pasos del expresident serán más abruptos y menos planificados, rehén de los tiempos legislativos y judiciales. En parte, bajo su propia responsabilidad, al haber dilatado el proceso de la Ley de Amnistía devolviéndola a la comisión de Justicia en su momento.

El diputado de Junts Josep Maria Cruset y la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras

El diputado de Junts Josep Maria Cruset y la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras Europa Press

En estas primeras horas de precampaña electoral, Puigdemont ha avisado de que la ley no supone "un punto final" a nada. Es decir, que regresa a la teatralidad independentista para marcar perfil ante la campaña presidencialista de ERC y la amenaza de que que surjan nuevos partidos en la contienda como Alhora de Jordi Graupera y Clara Ponsatí o la Aliança per Catalunya de la alcaldesa de Ripoll, la ultra Sílvia Orriols.

¿Cómo se lo explican a sus votantes?

Con la aprobación de la Ley de Amnistía se cierra un ciclo de contradicciones para el Gobierno de Sánchez, mientras que los citados partidos independentistas se ven forzados a gestionar su transición al post procés con el objetivo clave de no perder la credibilidad entre su electorado. La alteración del mapa político catalán está asegurada, con una reconfiguración del espacio independentista y, también, algunos movimientos en el espacio constitucionalista, como la previsible absorción de Ciudadanos por parte del PP y un PSC al alza y en condiciones de ampliar sus resultados.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se reúne con el expresidente Carles Puigdemont en Bruselas

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se reúne con el expresidente Carles Puigdemont en Bruselas Europa Press / Jordi Bedmar

Por todo ello, Sánchez se volcará en la campaña electoral catalana, intentando aprovechar la oportunidad que supone tener amarrado a Puigdemont hasta que la amnistía sea realmente efectiva y la entronización de Illa en el congreso del fin de semana para poder arrebatarle la Generalitat a sus socios de ERC.