El president Pere Aragonès ha convocado elecciones para el próximo 12 de mayo y la ultra Sílvia Orriols ya calienta motores. El adelanto electoral en Cataluña también ha cogido por sorpresa a la alcaldesa de Ripoll, pero se ha mostrado optimista en su red social preferida, X (antes Twitter), donde ha recordado que la fecha de los comicios coincide con la fiesta mayor de su municipio. Ha llegado a calificar la coincidencia de “presagio”.
También ha publicado un vídeo con el lema Salvem Catalunya en el que se puede ver el Ayuntamiento de Ripoll, la montaña de Montserrat, edificios del barrio del Eixample de Barcelona y el hemiciclo del Parlament con una bandera catalana hondeando.
Pese a esta bienvenida al adelanto electoral, la realidad es que Orriols contará con poco margen para preparar la campaña y poder rascar votos de los partidos independentistas por el territorio. Especialmente a Junts, formación que lleva meses realizando propuestas en relación al control de la inmigración, como exigir competencias en control de fronteras al gobierno de Pedro Sánchez o expulsar a los delincuentes multirreincidentes tras el caso Calella, por el cual un grupo de 11 jóvenes extutelados sembraron el caos acumulando 260 detenciones en sólo seis meses.
Temor en Junts
No obstante, y pese a las dificultades de Orriols para llegar a la barrera electoral del 3% necesaria para obtener representación en el Parlament, en Junts hace meses que viven con “miedo” el fenómeno político que rodea a la alcaldesa. Una dirigente que se ha convertido en muy popular en los últimos meses y ha llegado a la agenda nacional haciendo saltar todas las alarmas en el cuartel general de los de Carles Puigdemont.
El principal riesgo de esta lista, que habrá que ver qué perfiles selecciona en sus puestos de salida, no sólo muerde el electorado de Junts en el eje independencia-constitucionalismo, sino también en el eje izquierda-derecha, pues intentará seducir a los votantes más conservadores o de orden de la formación.
Cabe recordar que, en los últimos años, los votantes han visto cómo los neoconvergentes han quedado desdibujados en el sentido ideológico, sin propuestas reconocibles para quienes votaban a la antigua Convergència y diluidos en el programa de izquierdas de ERC o, incluso, de los antisistema de la CUP.
La derecha independentista
Ahora, la dirección del secretario general Jordi Turull intentaba poner remedio a este problema, exigiendo medidas como eliminar el impuesto de sucesiones para aprobar los presupuestos de Aragonès o las citadas competencias para gestionar las fronteras y poner freno a la inmigración ilegal. Pero el adelanto electoral ha cogido a Junts con el pie cambiado y sin culminar este viaje hacia una derecha independentista reconocible para los catalanes.
Habrá que ver si la ultra Orriols logra articular una candidatura lo suficientemente potente como para lograr representación en el Parlament o si sigue los pasos de Plataforma per Catalunya, la extinta formación del concejal de Vic Josep Anglada, quien en su día se quedó a las puertas de la Cámara autonómica.
Lo que está claro es que, independientemente de sus resultados, la mera decisión de Orriols de presentarse alterará sin remedio la campaña electoral de Junts.