Es una de las derivadas del frenazo a los presupuestos catalanes. El previsible tripartito de izquierdas que podría salir de las urnas para la próxima legislatura se enfría por la inamovible postura de los comunes para con unas cuentas redactadas por el Govern (ERC) y que ya cuentan con el beneplácito del PSC. Pero es insuficiente. Las negociaciones siguen abiertas hasta el último segundo, pero el tiempo apremia y el embarrancamiento puede, además, provocar el adelanto electoral; los comicios están previstos para febrero del 2025.
El tripartito, de hecho, ha venido funcionando en Cataluña en los últimos tiempos de manera oficiosa. Sin ir más lejos, los anteriores presupuestos catalanes, de ERC, tuvieron el apoyo de socialistas y comunes. Lo mismo ocurrió en el Ayuntamiento de Barcelona. Y en Madrid. Pero en política todo es efímero, fugaz, y lo que ayer valía hoy, no. La fraternidad a tres bandas se resquebraja porque los morados, con sus diferentes siglas y fuerzas, atraviesan uno de sus peores momentos y no se la quieren jugar. Miden cada paso.
Colau bloquea movimientos
En el caso catalán, la figura que bloquea muchos movimientos es la de la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, del ámbito de los comunes. No solo insiste en permanecer en el ayuntamiento y tratar de entrar en el equipo de gobierno de Jaume Collboni (PSC), sino que su presencia dificulta los pactos en el consistorio. Incomoda a los socialistas y a los republicanos(y también a un sector de los suyos), aunque ella es la principal defensora de un tripartito en la ciudad.
Y lo que sucede en Barcelona se refleja a mayor escala en el Parlament, por más que, como sucede siempre en estos casos, los implicados insistan en que son cuestiones diferentes, que no hay vasos comunicantes y que caso se trata por separado. La realidad es más bien otra, y los comunes de Jéssica Albiach insisten en que la única manera de llegar a una entente con el Govern es la paralización del Hard Rock, un proyecto que en nada repercute a las cuentas del 2024 y cuya tramitación no se puede ahora parar.
Cruce de declaraciones
En este escenario, en las últimas horas tanto los republicanos como los comunes se han lanzado mensajes cruzados. La misma Albiach reconocía en una entrevista que “ERC está dispuesta a dejar a Cataluña sin presupuestos por el Hard Rock del PSC”, al tiempo que desvelaba que llevaba tres semanas sin hablar con Aragonès. Por parte del Govern, recriminan a los morados estar “mareando la perdiz” y se preguntan si realmente tienen intención alguna de aprobar los mayores presupuestos de la historia.
La primera de las cuestiones, la de la comunicación entre Aragonès y Albiach, se resolvió el martes por la tarde con un encuentro en el que el republicano le hizo una oferta a la desesperada a su interlocutora: aumentar hasta los 1.500 millones de euros el presupuesto del Departamento de Educación durante cuatro años y reformar la ley de vivienda para introducir un régimen sancionador. No funcionó. La oferta también incluye 53 millones para incorporar 550 nuevas viviendas a las mesas de emergencia catalanas, así como clases extraescolares gratuitas en 12 municipios catalanes.
Más concesiones a Albiach
Además del régimen sancionador a grandes tenedores, la propuesta del Govern contempla impulsar durante el primer semestre de 2024 “una regulación urgente del alquiler de temporada con el objetivo de evitar el fraude en la aplicación de la limitación de las rentas de alquiler en las zonas tensionadas”.
El Govern también ofrece a los comunes un aumento del impuesto de las estancias en establecimientos turísticos de los cruceros de corta duración, es decir, de menos de 12 horas, que pasaría de 3 a 4,5 euros, logrando una recaudación adicional de 1,1 millones.
Lo que quieren los comunes... además de enterrar el Hard Rock
En materia de salud, la propuesta contempla un incremento de 144 millones de euros para la atención primaria, consiguiendo llegar al 25% del presupuesto de la conselleria, según figura en el documento. Y también incluye 2,7 millones para incorporar 32 odontólogos públicos y completar “el despliegue de los 369 higienistas dentales en los centros de atención primaria”, entre otras medidas.
Por otro lado, el documento prevé destinar 33 millones para aumentar la cobertura de la bonificación del 70% del comedor escolar a 25.000 nuevos alumnos de familias vulnerables. Pero no incluye algunas de las demandas que los comunes han trasladado al Govern, como la recuperación de la sexta hora en la escuela pública o 1.000 millones más en materia de vivienda, aunque en este ámbito el Ejecutivo catalán sí que ofrece aumentar en 150 el parque público de viviendas para víctimas de violencia machista.
Todos votan en contra menos el PSC
Aragonès trasladó esta oferta a Albiach a menos de 24 horas para que el Parlament celebrase el debate de totalidad de los presupuestos, que tiene lugar este miércoles a partir de las nueve de la mañana, y donde la Cámara debe votar las cinco enmiendas a la totalidad presentadas por Junts, Vox, CUP, comuns, Cs y PP. Además, el Parlament debatirá el proyecto de ley de medidas fiscales, financieras, administrativas y del sector público, conocida como ley de acompañamiento a las cuentas, que también tiene enmiendas a la totalidad de los mismos seis grupos.
Por ahora, todos los grupos de la oposición prevén votar en contra de los presupuestos menos el PSC, y un no de los comuns podría poner en riesgo también la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).