Cataluña recibirá este año 29.826 millones de euros del sistema de financiación del Estado, lo que supone un marcado aumento del 18%. El Gobierno central decidió a través del Consejo de Política Fiscal y Financiera que este año las comunidades podrán contar con un gasto récord, una circunstancia que será posible gracias a factores como la disponibilidad de fondos europeos extraordinarios, el efecto magnificador que ha tenido la inflación en la recaudación de impuestos y el incremento de la presión fiscal llevado a cabo por el propio Ejecutivo.
De este modo, la Generalitat dispondrá de 2.443 millones de euros más que el año pasado, siempre que el president Pere Aragonès consiga al menos dos socios para aprobar las cuentas. De hecho, el gasto disponible para 2024 es más del doble que el de las cuentas de hace 20 años. También habrá cierta flexibilidad con el objetivo de déficit, que no tendrá que ser necesariamente cero, pero no debería superar el 0,1% en el caso de las autonomías.
Dinero sin límites
En otras palabras, el Govern podrá gastar más de lo que ingresa y seguir endeudándose a pesar de que ya ha tenido que pedir una quita de deuda --pactada entre republicanos y socialistas-- de 15.000 millones de euros. El apoyo financiero del Estado al Ejecutivo autonómico ha hecho que algunas agencias de rating mejoren ligeramente la calificación de los bonos de la Generalitat, que se consideraban basura y ahora ascienden de categoría sin llegar a deshacerse del sambenito de inversión especulativa de alto riesgo.
El reto de gestionar unos presupuestos de récord combinado con la escasa autoridad de la consellera Natàlia Mas que lleva año y medio en el cargo y tiene una autonomía limitada en tanto que sucesora de la cartera que ocupó --y de la que no se ha desprendido completamente-- Aragonès ha provocado que todas las consejerías hayan intentado lograr subidas en sus partidas económicas. Mientras que predecesores como Antoni Castells o Andreu Mas-Colell eran vistos como guardianes de la ortodoxia financiera que peleaban el último euro, la actual custodia de las arcas autonómicas tiene la responsabilidad de decidir qué departamentos merecen incrementos mayores.
En la propuesta prediseñada por la consellera, sujeta a aprobación parlamentaria, sube notablemente el gasto en la consejería Natàlia Garriga (Cultura, +18,7%) y la de Tània Verge (Feminismos, +13,8%). Sin embargo, por la gran cantidad de recursos que gestionan, los departamentos que más suben en números absolutos son los de Manel Balcells (Salud, +1.018 millones) y Anna Simó (Educación, +645 millones), seguidos del de Ester Capella (Territori, +268 millones).
En la sala de máquinas
Natàlia Mas dejó de estar entre bambalinas en octubre de 2022, cuando el exconsejero Jaume Giró fue apeado del cargo tras el divorcio de ERC y Junts por las desavenencias con la hoja de ruta independentista. Si bien es uno de los perfiles de la Generalitat más técnicos y menos mediáticos, su trayectoria es incuestionable. Antes de convertirse en la primera mujer en liderar esta Conselleria –la de mayor peso del Ejecutivo catalán– ostentó el cargo de directora general de Industria, donde era considerada mano derecha del ahora consejero de Empresa, Roger Torrent.
Previamente, entre 2016 y 2018, tuvo responsabilidades en el Departamento de Economía, todavía liderado por Oriol Junqueras. En 2018 fue nombrada secretaria de Acción Exterior y, más tarde, trabajó codo con codo con un Pere Aragonès que entonces ejercía de consejero de Economía.
Sergi Sabrià para los golpes
La amplia formación –gran parte en China– y trayectoria de Natàlia Mas evidencian que no es una recién llegada a la Administración. “Es una buena técnica, su profesionalidad es incuestionable”, expresan las voces consultadas por Crónica Global, que sí echan en falta más carácter para poner límite a los consejeros de ERC que reclaman partidas para sus respectivos departamentos. Y es que cabe recordar que en las filas republicanas impera un sálvese quien pueda entre los consejeros, conscientes de que este podría ser el último año de mandato tras unos malos resultados en las elecciones autonómicas.
Ante la flojera de Mas, a las mismas voces no les sorprende que el president se haya buscado una guardia pretoriana con un perfil más político y más duro. Entre ellos destaca especialmente el viceconsejero de Estrategia y Comunicación, quien aseguran "no tiene pelos en la lengua" y dice lo que otros, como el propio Aragonès, "no se atreve a decir" por guardar su imagen. Dicho de otra forma, ejerce de poli malo de la Generalitat.
Mas apuesta contra el Hard Rock
La ley de presupuestos es la más importante de la legislatura por su capacidad para hacer frente a desafíos como la sequía o la educación. Pero lo es más aún teniendo en cuenta que de ella depende la supervivencia de Pere Aragonès en este último año de mandato, en el que contra todo pronóstico debe evitar un adelanto electoral.
Las cuentas son el principal objetivo de cualquier consejero de Economía, pero todavía están lejos de aprobarse. Y es que, hoy por hoy, Aragonès solo ha conseguido el apoyo del PSC y necesita el voto a favor o la abstención de los comunes, que siguen enrocados en el no hasta que el Govern renuncie al Hard Rock. Un proyecto que Natàlia Mas se ha mostrado convencida de que no saldrá adelante.
El pulso con los comunes
El reto de la consejera Mas es el de lograr un segundo socio más allá del PSC para blindar las cuentas en el Parlament. El que tiene más a mano son los comunes de Jéssica Albiach, que por ahora han decidido presentar una enmienda a la totalidad contra las cuentas y se han negado rotundamente a apoyarlas si, tal y como exigen los socialistas, la Generalitat da luz verde a la construcción del proyecto turístico y del juego del Hard Rock en Tarragona.
En las bases republicanas se reprocha la actitud de los comunes, a los que acusan de hacerlo todo por la silla, ya que apoyaron los anteriores presupuestos porque convenía el intercambio de cromos para que Ernest Maragall respaldase las cuentas de Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona. Ahora, con los comunes fuera de esta institución, ERC trata de presionar a Yolanda Díaz con la amenaza de bloquear los Presupuestos Generales del Estado (PGE). También Élite Taxi ha reclamado a En Comú Podem que desencalle el proyecto presupuestario de la Generalitat para facilitar el aumento en las inversiones, aunque se teme que este posicionamiento pueda preceder al rechazo de otros sectores.