El catalán protagoniza el enésimo capítulo de la batalla entre los taxistas y las VTC. Élite Taxi ha decidido jugar la siempre sensible carta del idioma para tratar de reducir el inminente golpe de la justicia, que abrirá la puerta a ampliar la masa de conductores de aplicaciones célebres tales como Uber, Cabify o Bolt.
El sindicato se vanagloria de haber arrancado el compromiso de los grupos parlamentarios de ERC (partido en el Govern de la Generalitat), PSC, Junts y CUP de obligar a todos (tanto a taxistas como a chóferes) a acreditar un nivel B2 de catalán. A cambio, la organización comandada por Alberto Tito Álvarez ha renunciado a su amenaza de bloquear los accesos a la terminal de llegadas del Aeropuerto de El Prat el primer día del Mobile World Congress.
La carta de la lengua contra las VTC
Independentistas y socialistas ven con buenos ojos incorporar en la ley de acompañamiento de presupuestos este requisito, que sólo entrará en vigor si se acaban aprobando las cuentas de 2024. Un extremo confirmado por varias voces parlamentarias a este diario; los socialistas dicen ser partidarios de "pedir lo mismo a unos que a otros porque operan en el mismo mercado", no sólo en términos lingüísticos.
Sea como fuere, que la Generalitat exija un título en la lengua de Pompeu Fabra y ponga orden en el resto de carpetas comportaría la creación de una credencial que no existe y obligaría a todos los conductores a sacársela. Estos gozan ahora de unos criterios relativamente laxos, por lo que los titulares de las licencias verían complicada la contratación de chóferes, entre los que abunda la nacionalidad extranjera y con mayores dificultades lingüsticas.
A este respecto, la patronal Asociación VTC-Gran Turismo de Catalunya critica los planes por "discriminatorios e innecesarios", y asegura que no se opondría a la exigencia del catalán si las circunstancias no fueran "impuestas" por sus rivales. Asimismo, habla de "parches normativos" para satisfacer al taxi y ha convocado protestas a las 10:00 horas de los días 27, 28 y 29 de febrero ante la Fira de Barcelona, para salpicar al Mobile con su malestar.
Clases y exámenes de catalán
La diferencia frente a los conductores logotipados de negro y amarillo es que éstos cuentan con una credencial que, siendo de competencia municipal, ya les exige un nivel básico de catalán; este, el B1, no garantiza el “derecho lingüístico” de los clientes a ser atendidos en este idioma, según el sindicato. Así las cosas, tan solo deberían acreditar un mayor dominio de la lengua, y únicamente deberían hacerlo aquellos que comiencen su carrera como taxista, ya que la norma no entraría con reciprocidad.
La propuesta del sindicato contempla que la Generalitat encargue a una empresa una formación voluntaria con profesores y un examen tanto escrito como oral obligatorio. Pide que el futuro Pacto Nacional por la Lengua que preparan varios partidos con representación en el Parlament incluya estas exigencias al sector porque “gran parte" del mismo, “considerado de interés público, ni tan sólo es capaz de entender el catalán, tampoco de hablarlo".
A la espera de una sentencia que amplíe las licencias VTC
Una estrategia para marcar terreno que precisamente coincide en el tiempo con el aviso de los técnicos del Departamento de Territorio, que esperan una sentencia que obligaría a tramitar 1.337 nuevas licencias en el área metropolitana. El Tribunal Supremo ha revocado recientemente a la Comunidad de Madrid su ratio de un conductor por cada 30 taxis, mismo sistema que la justicia europea también tumbó el año pasado a Cataluña.
Con todo ello, el número de licencias de VTC expedidas se situaría en torno a las 3.000 en Barcelona y alrededores (unas mil beneficiadas por la moratoria del Gobierno y unas 700 con licencia oficial), frente a los 10.500 taxistas.
La patronal de las VTC acusa a la Guardia Urbana de ceder a las presiones del taxi
Las patronales del sector de las VTC denuncian ser víctimas de una “campaña de acoso policial, resultado de las presiones ejercidas por Élite Taxi”. Unauto, Feneval VTC y la Asociación VTC-Gran Turisme de Catalunya han emitido un comunicado en el que expresan su “profunda preocupación y rechazo”, y tachan de “injustas” las multas impuestas por los agentes.
Jose Manuel Berzal, presidente de Unauto, se atreve a valorar la situación como “inaceptable, donde el acoso persistente por parte del taxi de Barcelona ahora parece contar con el respaldo de la Guardia Urbana”. Por su parte, VTC-Gran Turisme Catalunya mostrará en las protestas convocadas frente al Mobile su indignación con el "régimen sancionador desproporcionado y un protocolo de inspección que criminaliza al chófer antes de comprobar la irregularidad".
81 multas en un solo día
Precisamente, la policía municipal ha desplegado esta semana, a las puertas de la feria de tecnología móvil en la Fira Barcelona, una campaña de control dirigido a este tipo de chóferes. Los agentes revisan permisos de conducción, ITV, que los seguros estén al día, horarios y posibles fraudes a la Seguridad Social por no estar dados de alta, entre otros aspectos.
En un solo día, han interpuesto 81 multas y han inspeccionado a 101 vehículos e inmovilizado a 30. En la campaña anterior, los agentes sancionaron a 318 conductores.