La Generalitat de Cataluña continúa primando las cuestiones identitarias en su obra de gobierno. Incluso en dos servicios esenciales para la ciudadanía como la educación y la sanidad, ambos con graves carencias cronificadas. Después de años con su sistema sanitario colapsado, con las mayores listas de espera de España, el Govern de ERC se ha marcado un objetivo que nada tiene que ver con su mejora en la práctica: fomentar o imponer el catalán en el colectivo de facultativos médicos.

"Todo profesional con una plaza estable en el sistema sanitario público catalán debe conocer la lengua. Esto es así, está legislado, y simplemente haremos que se cumpla. Seguramente se ha sido laxo", ha espetado este jueves el conseller de Salud de la Generalitat, Manel Balcells.

Las advertencias del 'conseller' a los profesionales

"No hay día que no nos llegue una queja de pacientes porque no se les atiende en catalán, y eso no puede seguir así. Tendremos que estar vigilantes y tomar, si es necesario, medidas para que no pase", ha añadido el dirigente ultranacionalista en la presentación de un programa de formación de catalán para los médicos, que costará 1,5 millones de euros a las maltrechas arcas públicas.

La respuesta de Carrizosa

Este tono intimidatorio han suscitado malestar en Ciudadanos (Cs), cuyo diputado en el Parlament Carlos Carrizosa le ha respondido de esta forma: "Nosotros tomaremos medidas contra el conseller por fomentar la caza de brujas de sanitarios castellanohablantes y valerse de redes de delatores subvencionadas para hacer el trabajo sucio al Govern".

Carrizosa ha aludido de este modo de forma velada a entidades como Plataforma per la Llengua, especializada en la delación lingüística, y que en los últimos meses -al igual que otras como Mantinc el Català- ha difundido quejas y grabaciones realizadas por radicales ultranacionalistas señalando a galenos que no emplean el catalán.

El 'conseller' justificó el expediente y el asedio a una enfermera andaluza

Cabe recordar que Balcells, en el cargo desde 2022, ha protagonizado otras polémicas por su radicalidad nacionalista y el sesgo identitario de su gestión durante su mandato. Especialmente sonado fue el caso de su señalamiento el año pasado a una enfermera andaluza del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona a la cual el Govern expedientó por haberse quejado en sus redes sociales de tener que sacarse el nivel C de catalán para poder opositar y optar a una plaza fija en la autonomía.

Balcells no sólo defendió la apertura de dicho expediente, sino que además llegó a justificar el asedio público sufrido por la joven en las redes, en una respuesta parlamentaria el pasado 9 de marzo de 2023, como puede verse en el vídeo bajo estas líneas. Días después, este hospital de la red sanitaria catalana rechazó renovarle el contrato a la enfermera, que perdió así su empleo. 

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