Las polémicas declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), dando por sentado que el secesionismo catalán no cometió actos de terrorismo durante el procés, ha generado estupor e indignación en la oposición parlamentaria. Partidos como Ciudadanos (Cs) y PP han expresado desde Cataluña su malestar al entender que el jefe del Ejecutivo menosprecia las investigaciones judiciales que sí apuntan en ese sentido. Y, por otra parte, apuntan las propias contradicciones del líder socialista, que al igual que hizo en su día con los indultos y la ley amnistía -descartándolas primero y concediéndolos después-, en 2019 sí consideraba actos terroristas los sabotajes y graves disturbios causados por los autodenominados Comitès de Defensa de la República (CDR). Algo que, ahora que necesita el apoyo de ERC y Junts per Catalunya para gobernar, niega en cambio que lo sean.

En concreto, el presidente del Gobierno ha manifestado este jueves en Bruselas que "como todo el mundo sabe, el independentismo catalán no es terrorista. Y, por tanto, con este proyecto de ley, yo estoy convencido, y así lo van a concluir al final los tribunales, que van a estar todos los independentistas catalanes amnistiados. Porque no son terroristas".

"No comprende los fundamentos del Estado democrático"

Estas palabras por parte del jefe del Poder Ejecutivo han alarmado, por ejemplo, al líder de Ciudadanos en Cataluña, Carlos Carrizosa, que en las redes sociales le ha recordado a Pedro Sánchez que "eso nos lo tiene que decir un juez, no un político vendido a los independentistas por sus votos. Quien no lo entienda, no comprende los fundamentos del Estado democrático".

La contradicción de Sánchez: en 2019 sí veía terrorismo

Por su parte, el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, se ha hecho eco en su perfil de X del post de un usuario que reproduce un vídeo de 2019, en el cual Sánchez afirmaba lo siguiente: "Me preocupa que los CDR asienten el terrorismo en Cataluña". Algo que contradice por completo lo que dice ahora casi cinco años después, cuando necesita el apoyo de los dos partidos secesionistas catalanes para mantenerse en el poder.

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