“Los transportistas han cifrado en 15 millones de euros las pérdidas diarias por el corte. Subid a La Jonquera y pasad la noche”. Con esa sentencia presumía el lunes la plataforma independentista Tsunami Democràtic de los daños económicos causados con su llamamiento a invadir durante tres días la autopista AP7 a la altura de la frontera con Francia. Un corte que acabó durando 31 horas, y al que poco después se sumó otro en esa misma vía en Salt (Girona), que dejó atrapados toda la noche a medio millar de conductores. Y no fueron los únicos, pues también se dieron hechos similares en el País Vasco...
Dichas acciones se sumaban a otras convocadas por la misma plataforma, como el asedio al aeropuerto de El Prat del pasado 14 de octubre, o las protestas y cortes de calles en Barcelona y otras ciudades catalanas organizados por los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) desde hace un mes, todo ello como protesta contra la sentencia a los políticos condenados a penas de 9 a 13 años de prisión por el procés.
Respaldo desde la cúpula de la Generalitat
Unas acciones que han alterado seriamente la vida cotidiana de la ciudadanía en todo este tiempo, y que han contado con la simpatía, cuando no abierto respaldo y justificación, de buena parte de los principales líderes políticos y mediáticos del independentismo, cuya condena se ha limitado, en mayor o menor grado, a la violencia de los disturbios. Empezando por el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que el lunes mismo avalaba el corte de la frontera calificándolo como “la expresión de un conflicto provocado por la falta total de respeto a lo que quieren y votan los catalanes, por condenas de 100 años de prisión y por la represión. A veces las molestias de un corte de carretera ahorran molestias mayores”.
El respaldo de Puigdemont a Tsunami Democràtic llegó también a través del autodenominado Consell per la República, que él mismo preside, y que a través de un comunicado ha alentado a seguir con ese tipo de movilizaciones.
Los cortes en la autopista han contado también con el amparo del actual presidente de la Generalitat, Quim Torra, que evitó condenarlos durante su comparecencia de esta semana en el Parlament, apelando al hecho de que “en este país se garantiza la seguridad y la libre circulación de personas y bienes, pero también el derecho a la protesta”. Un respaldo que, sin embargo, contrasta con el malestar y el rechazo que en su día le suscitaron acciones similares de otros colectivos, como el asedio del Parlament de indignados del 15M, en junio del 2011 o, en el caso de Puigdemont, también los piquetes de las huelgas generales.
Familiares del president 'salpicados' por los CDR
Torra, de hecho, se ha visto salpicado estos últimos días por las sospechas de implicación de algunos de sus familiares --el vehículo de su hija fue identificado por los Mossos en Bàscara, la misma tarde que se desbarató en esa localidad gerundense un intento de invadir las vías del AVE-- en acciones de los CDR. Unos grupos que, esta misma semana, también celebraron las pérdidas económicas causadas por el bloqueo de accesos y mercancías procedentes de Europa, y que en un comunicado avisaron de que “el caos seguirá”, concluyendo su escrito con con una amenaza explícita: "independencia o barbarie".
El máximo dirigente del Gobierno catalán --cuya mujer también estuvo presente en el asedio del aeropuerto de El Prat-- nunca ha ocultado su simpatía por los CDR, a los que tras llegar al cargo en 2018 alentó a “apretar” en un acto público. Ni tampoco la participación en los mismos de miembros de su familia. De hecho, dos de sus sobrinos fueron identificados y denunciados el jueves por desórdenes públicos por el corte de la AP7 en Salt. Uno de ellos, militante de la CUP, ya había sido detenido por cortar las vías del AVE en Girona en el primer aniversario del referéndum ilegal del 1-O.
De la simpatía de Torra por los CDR dan cuenta algunos de sus tuits en el pasado, con los que, antes de ser presidente, animaba a la ciudadanía a “implicarse” con ellos en cada barrio y ciudad. Y a los que daba “todo su apoyo” en algunas detenciones. Algo, esto último, que ha seguido haciendo tras llegar al cargo, como cuando junto a sus compañeros de grupo de JxCat, reclamó en el Parlament la “libertad” de los miembros encarcelados de forma provisional en septiembre acusados de terrorismo.
Diputados de JxCat, ERC y la CUP en los cortes
Al aval de los principales dirigentes de la Generalitat a los cortes de esta semana se sumó también el de diputados de los tres partidos independentistas (JxCat, ERC y la CUP), que se presentaron al corte de la AP7 de la frontera. Fue el caso de Aurora Madaula y Ferran Roquer (JxCat), Marta Rosique (ERC) o Natàlia Sánchez y Albert Botran (CUP), este último recién elegido para el Congreso.
Madaula, incluso, calificó como “bestias que no respetan nada ni a nadie” a la Guardia Civil por desalojar “el corte y la resIstencia pacífica” de la AP7 con “violencia, pelotas de goma y gases lacrimógenos”. “Queremos que se vayan las fuerzas de ocupación de Cataluña. Basta”, añadía en un tuit.
"Abrazos" a los concentrados y quema de objetos
El aval de la Generalitat al bloqueo de la frontera llevado a cabo por los manifestantes independentistas fue explicitado de forma clara en el segundo día del corte de la AP7, cuando la portavoz del Govern, Meritxell Budó, indicó que el Ejecutivo catalán prioriza “la movilización” sobre el resto de derechos, y “nunca” condenará las manifestaciones mientras sean, en su opinión, “cívicas, pacíficas y democráticas”. Según su explicación, la función del Govern es “garantizar el derecho a la movilización de todo el mundo”, además de anunciar la inspección de la “actuación de los cuerpos de seguridad en Cataluña durante los disturbios” sucedidos en las protestas contra la sentencia del procés.
En la misma línea, otros dirigentes de su partido, como la diputada de JxCat en el Congreso, Laura Borràs, calificaban de “normal” lo ocurrido esta semana, con argumentos como que “uno de los objetivos de la represión es poner el foco en la consecuencia y no en la causa”.
Más allá fue su correligionario Francesc de Dalmases, que durante su intervención en el Parlament envió “un abrazo” a los concentrados en el corte de La Jonquera, a los que definió como “resistencia no violenta”. Aclarando, además, que en su concepto de “violencia” no entra la quema de mobiliario urbano como contenedores u otros objetos, algo frecuente durante los disturbios independentistas de las últimas semanas: “La violencia es contra las personas, no contra las cosas”, señaló.
En ese mismo debate, las acciones de Tsunami Democràtic también fueron acogidas con entusiasmo por dirigentes de otras formaciones independentistas, como ERC, cuyo diputado Jordi Albert indicó que “deberíamos aplaudir siempre a todos los movimientos de lucha social”, incluyendo entre ellos de este modo a la plataforma que cuenta con el beneplácito de los dirigentes del Ejecutivo catalán.
Políticos relativizando daños económicos
Los graves daños económicos causados, y de los cuales presume Tsunami Democràtic, parecen ser, para destacados cargos secesionistas, una cuestión menor, cuando no sin importancia, a tenor de sus declaraciones. Y eso que la propia consejera de Empresa de la Generalitat, Àngels Chacón, reconoció el jueves que los cortes de tráfico provocados por los independentistas “alteran” y “dificultan la logística ordinaria” de compañías como Seat o Nissan, cuya continuidad en Cataluña no ve, pese a todo, en peligro.
La dirigente respondía así a las críticas empresariales por los importantes perjuicios sufridos. “Habrá que analizar cómo hacemos compatibles nuestros derechos legítimos de protestar, porque no podemos estar como si no pasara nada, pero también tenemos que tener claro que nuestra economía productiva es uno de nuestros puntales a preservar”, apuntó en declaraciones a RAC1. “Me niego a tener que escoger entre la economía productiva y nuestros derechos democráticos”, aclaraba no obstante a continuación, mostrándose confiada en la continuidad de eventos como el Mobile World Congress aduciendo que éstos “escogen Barcelona por nuestros activos", y que "no se trasladarán a un sitio que no tenga nuestro sistema de start ups, siendo referente en tantos aspectos”.
Con bastante más ligereza se expresaron otros de sus compañeros de JxCat, como el consejero de Políticas Digitales Jordi Puigneró, que echó mano de la demagogia para afear a la oposición que "les preocupe el corte de la AP7, pero no 30 años de obras en el enlace del Papiol"; o bien "que se ocupe un día el aeropuerto de El Prat, pero no que la inversión en Barajas triplique la del Prat"; o que "se corte un día el AVE, pero no que se haga el Corredor Mediterráneo". Esos fueron sus argumentos para defender a Tsunami Democràtic.
Y en términos similares se han pronunciado también otros responsables políticos o del ámbito económico independentista, como la concejal en el Ayuntamiento de Barcelona Elsa Artadi, para quien los boicots y sabotajes "no son comparables con el déficit fiscal que sufre Cataluña cada año"; o el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, que aún reconociendo que los cortes de infraestructuras “provocan y provocarán graves perjuicios económicos”, los relativiza alegando que son “claramente inferiores a los causados por la falta de inversión del Estado”.
Estrellas mediáticas favorables a los boicots
Más desinhibido ha sido el aplauso de buena parte de las celebrities y ciberactivistas del procés en las redes sociales, en algún caso incluso celebrando los daños económicos causados por el corte de la frontera en la economía española --en la cual, obviamente, se incluye también la catalana--. Estrellas mediáticas como el economista Xavier Sala i Martín, los empresarios televisivos Toni Soler --productor de varios programas de TV3-- y Josep Maria Mainat --fundador de Gestmusic--, o la tertuliana de TV3 Pilar Rahola, por poner algunos ejemplos.
En su habitual tono áspero y desabrido, Sala i Martín desdeñó los perjuicios causados por Tsunami Democràtic --lamentados por patronales como Foment del Treball--, a base de afirmaciones infundadas como, por ejemplo, que "lo que perjudica la economía catalana es un rey que llama a las empresas incitándolas a irse. No recuerdo yo que Foment se quejara de aquella acción del señor Uve-Palito" (sic).
La misma consigna habitual del secesionismo, y contra los mismos destinatarios, fue plasmada también por Toni Soler. El empresario, difusor asiduo en su perfil de Twitter de convocatorias de Tsunami Democràtic a las que luego no asiste --el mes pasado, alentó con arengas propias a participar el en asedio del Prat--, también arremetió con bulos contra el Rey y Foment, entidad a la que, al igual que Rahola, criticó por "pensar en el bolsillo". Mientras tanto, Jair Domínguez, copresentador junto a él del programa Està Passant de la televisión pública catalana, se jactaba, como en otras ocasiones, de participar en el corte de La Jonquera, haciendo llamamientos a sumarse al mismo.
Mainat, por su parte, se alegraba abiertamente de que el cierre de la frontera realizado por los manifestantes independentistas hubiera hecho "pupa", y de que las víctimas de sus boicots "lo fueran pillando".