Girona será la primera ciudad que cortará el grifo de las duchas en equipamientos deportivos a partir del martes. El alcalde de Girona, Lluc Salellas (CUP), se ha puesto como ejemplo en la gestión de la sequía y ha defendido limitar el uso del agua para "crear conciencia".
De este modo, a partir de la semana que viene, las duchas no se podrán usar después de los entrenamientos, pero sí tras los partidos.
Una situación de preemergencia
En una entrevista en El Matí de Catalunya Ràdio, el cupaire ha recordado que la limitación del uso de las duchas forma parte de unas restricciones "que poco a poco los propios clubs de municipios de alrededor del área urbana de Girona ya habrían ido decidiendo".
Asimismo, ha avisado de que la situación "sea de preemergencia no quiere decir que esté bien", y ha defendido que mantener las cosas como hasta ahora seguramente no haría bajar el consumo ni en los equipamientos municipales ni en los hogares.
Otras restricciones
La medida de las duchas, que afecta a todas las categorías deportivas, se implementará en los vestuarios de los siete pabellones municipales --Pont Major, Santa Eugènia, Montfalgars, Santa Eugènia, Vila-roja, Fontajau y los dos de Palau-- y de los siete campos de fútbol municipales --Can Gibert del Pla, Fontajau, Germans Sàbat, Pont Major, Torres de Palau, Vila-roja y el estadio de Montilivi--, además de la zona deportiva de la Devesa.
Pero esta no es la única restricción que entrará en vigor a partir del martes. También se limitará el riego de los campos de fútbol de hierba artificial. Y en cuanto a las piscinas cubiertas, no se podrán usar las duchas de los vestuarios, pero sí las de playa para quitar el cloro, sin hacer uso de jabón. Esta medida afectará a la piscina de Palau y la de Santa Eugènia-Can Gibert del Pla.
Por el contrario, las duchas de la piscina descubierta de la Devesa se mantendrán abiertas para que las puedan usar personas sin hogar dentro del Plan de frío que impulsa el consistorio, así como otras excepciones por motivos sociales.
No es la primera vez que el antisistema toma este tipo de medidas tajantes y, en ocasiones, impopulares. En las últimas navidades decidió no instalar la pista de hielo tras 17 años celebrándose en la Fira de Girona al considerar que suponía un importante derroche de agua.