Esquerra Republicana (ERC) y el Ministerio de Transporte están cerca de firmar el convenio de la B-40, también conocida como la Ronda del Vallès o el Cuarto Cinturón. Ambas partes acordarán los aspectos técnicos de las obras antes de acabar el año 2023 si se cumplen las nuevas previsiones, después de que el proyecto no se haya movido desde su inclusión en el pacto por los Presupuestos catalanes a inicios de año.

El Ministerio de Transportes está pendiente de la firma de dicho acuerdo, que incluirá una modificación legislativa para repartir los papeles entre el Gobierno y la Generalitat: el Estado será quien apruebe el proyecto y la Generalitat la que licite y ejecute las obras. Según informaciones de El Periódico, el Consejo de Ministros lo aprobará mediante real decreto entre esta semana y la próxima.

Se aplanan las conversaciones por los nuevos presupuestos

La portavoz del PSC, Èlia Tortolero, ha celebrado este "paso muy importante" que facilita las conversaciones con el Govern por los Presupuestos del 2024.

"Hacer cumplir el acuerdo por el que llegamos a los Presupuestos de 2023 es un paso muy importante. No es el único, quedan otros, pero es un primer paso", ha asegurado, en referencia a los otros dos proyectos a los que el Govern se comprometió explorar, como es el macrocomplejo de ocio Hard Rock y la ampliación del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona - El Prat.

En este sentido, Tortolero ha recordado al Aragonès que dicho acuerdo llevaba "la firma del president de la Generalitat y del jefe de la oposición" Salvador Illa, y ha instado al republicano a mover ficha: "Se deben cumplir estos acuerdos y, si no es posible ahora por motivos de temporalidad, nos lo deben explicar para sentarnos nuevamente a negociar".

A medio construir

Según las previsiones iniciales, la creación de la B-40, Ronda del Vallès o Cuarto Cinturón costará a las arcas públicas unos 200 millones de euros aproximadamente, sujetos realmente al trazado final. Falta por determinar detalles tan importantes como cuántos carriles tendrá la vía, cosa que determinará si es de alta capacidad o no.

La polémica acompaña al proyecto, siendo esta una infraestructura compleja y todavía a medio construir, proyectada para conectar los municipios más importantes del Penedès, del Vallès y del Maresme. En la actualidad, solo funciona el tramo entre Mataró y Granollers.

El problema siempre ha sido, según dicen ayuntamientos y Generalitat, el fuerte impacto medioambiental que tendría la construcción de la autovía, así como las molestias que podría generar en los núcleos urbanos por donde transcurriría. Sin embargo, ERC cedió ante el PSC para conseguir su apoyo a los Presupuestos del año pasado, sin que haya desaparecido el ruido generado por los grupos ecologistas e incluso federaciones territoriales republicanas como la de Sabadell.

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