Crisis policial en Girona. El mayor municipio de Cataluña gobernado por la CUP se ha sumido en un conflicto por la seguridad pública tras los graves incidentes ante la discoteca Platea el fin de semana. El alcalde, Lluc Salellas, ha reivindicado una "mayor coordinación" entre fuerzas encargadas de la seguridad pública para evitar nuevos sucesos de este perfil, aunque sus palabras han chocado con una policía local con la que mantiene un pulso laboral desde hace semanas. 

La espita la ha abierto el propio Salellas en las redes sociales. Ha alertado de que "las imágenes de la pelea de la madrugada del sábado frente a una discoteca son totalmente reprobables". Según el alcalde, "incrementaremos la coordinación entre Mossos [d'Esquadra] y la Policía Municipal de Girona". 

El cuerpo local, en conflicto

Lo que ha soslayado es que el cuerpo local de seguridad de Girona lleva semanas en conflicto. El enroque es tal que incluso se han visto protestas con policias locales vestidos de esclavos frente al ayuntamiento, algo inaudito en España. 

Los funcionarios se movilizaron así en contra de un decreto que les obliga a hacer horas extraordinarias. Exigen que se retiren o que se les dé la compensación pertinete. 

"Valórela"

Ahora, tras los disturbios frente a la disco Platea el fin de semana, el sindicato mayoritario, Sip-Fepol, alerta de que el equipo de gobierno local les está ningunea. 

"Trate a la Policía Municipal como se merece", ha espetado la plataforma al político de la CUP. Asimismo, ha emplazado a Salellas a aumentar el número de efectivos policiales en la capital provincial para atender a las necesidades de seguridad de Girona. 

Intento de empotramiento

Las algaradas han colmado la paciencia de los funcionarios han sido, pues, el intento de empotrar un vehículo contra el club nocturno de Girona el fin de semana. Un grupo de vándalos reaccionó con un elevado nivel de violencia después de que los controladores de acceso les vetaran la entrada al local. 

Tras ello, trataron de irrumpir en el mismo en un vehículo, y arrojaron botellas y vallas contra el negocio.  

Después de la riña tumultuaria, la patronal Fecalon ha lamentado el nivel de "agresividad" que muestran algunas personas en el sector de la noche. Y ha recordado "lo que tienen que aguantar" algunos controladores. 

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