Junts per Catalunya (JxCat) continúa sin dar muestras de la supuesta "concordia" a la cual alude el Gobierno de coalición de PSOE y Sumar para justificar sus pactos con los partidos que impulsaron el procés secesionista de Cataluña. Varios de los dirigentes de la formación posconvergente -entre ellos su líder, el fugado Carles Puigdemont- han insistido este domingo en sus críticas a la democracia española y sus ataques al sistema judicial, alardeando de su actual influencia "en Madrid". Un peso que no se corresponde ni con su número de diputados en el Congreso -sólo siete sobre un total de 350- ni con su representatividad en Cataluña, donde en las pasadas elecciones de 2023 Junts fue la quinta fuerza en número de votos.
Lejos de apaciguar su agresividad verbal, la reunión mantenida ayer sábado en Suiza con los socialistas parece haber reavivado las soflamas radicales de Junts. Su secretario general, Jordi Turull, ha arremetido por ejemplo contra el sistema judicial español acusando a su "cúpula" de incurrir en "lawfare". O lo que es lo mismo, de utilizar la justicia para fines políticos.
Acusaciones de "lawfare"
Turull ha expresado su irritación por unas declaraciones de la diputada del PP Cuca Gamarra, quien se ha referido a la reunión entre PSOE y Junts en Suiza considerando una "anomalía democrática" que se pretenda "gobernar a los españoles desde Ginebra".
El mandatario posconvergente le ha replicado en sus redes sociales con estas palabras: "La anomalía democrática es que haya exiliados y presos políticos. La anomalía democrática es que quien dicta quién puede hacer política y quién no en Cataluña sea una cúpula judicial caduca y promotora de lawfare, que persigue y reprime ciudadanos por el sólo hecho de ser independentistas", según él.
En este sentido, cabe recordar que Turull fue condenado por sedición y malversación de caudales públicos en octubre de 2019 por la organización, siendo conseller de la Generalitat, del referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia de Cataluña de octubre de 2017, e indultado en julio de 2021 por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Presumen de su influencia en el Gobierno
Por su parte, la portavoz de los posconvergentes en el Congreso, Míriam Nogueras, ha presumido de la influencia de su partido en el Gobierno después de haberse reunido ayer en Suiza con dirigentes del PSOE. Según ha enfatizado, el precio de los votos de Junts en Madrid es que Cataluña sea, según ella, "cada día más fuerte".
"Si en Madrid quieren nuestros votos, Junts tiene que conseguir siempre alguna cosa a cambio para Cataluña", ha declarado en una entrevista en el boletín de su partido, Més Junts.
Y es que, según Nogueras, Junts no deja pasar "ni una" en Madrid. Ello significa, a su modo de ver, "no permitir que te tomen prestadas competencias, que es lo que ha pasado en la anterior legislatura".
Asimismo, ha anunciado que la seguridad nacional "será uno de los pilares fundamentales e imprescindibles en un Cataluña-Estado". Y ha advertido de que se debe empezar a dar espacio en el mundo de la política a expertos en esta materia.
Mensaje supremacista de Puigdemont
Por su parte, el expresidente de la Generalitat fugado de la justicia por el procés, Carles Puigdemont, se ha jactado de la reunión de su partido con el PSOE evidenciando su visión caricaturesca y distorsionada de España. Y es que, a su peculiar modo de ver, en la "cultura española" existe un "atavismo, muy arraigado", según el cual sólo hay dos alternativas posibles: "orgullo o humillación".
"En la burbuja en la que viven (y escriben, hablan, opinan) los 'hidalgos' contemporáneos, el pacto no tiene el prestigio social que lamentablemente tiene la testosterona de los que prometen derramar la sangre para salvar la patria; por esto asocian pactar con el adversario -o el enemigo- a un acto de debilidad, o de cobardía, o de traición", ha manifestado Puigdemont en su perfil en la red social X. Omitiendo, curiosamente, que buena parte de esas críticas proceden de simpatizantes su propio espacio político secesionista.
Puigdemont ha aprovechado la ocasión para evidenciar su mirada supremacista afirmando que a él le conmueve más la "épica desinflamada" de la "Pau i Treva de Déu" -"Paz y Tregua de Dios"- que el músico Pau Casals evocó en su discurso en Naciones Unidas. E ironizando con que a los críticos con la reunión de ayer en el país helvético nunca les vio preocupados por el "honor de España" cada vez que "su anterior jefe de Estado -en referencia al rey emérito Juan Carlos I-, iba a Suiza".