El juez Manuel Marchena con Quim Torra, Jordi Turull y Francesc Homs. Sentencia del procés / FOTOMONTAJE DE CG

El juez Manuel Marchena con Quim Torra, Jordi Turull y Francesc Homs. Sentencia del procés / FOTOMONTAJE DE CG

Política

La sentencia de Marchena que avalaron Torra, Homs y Turull y que ahora juega en su contra

El magistrado del Supremo vio violencia en los indignados que rodearon el Parlament en 2011, un fallo que entonces aplaudieron incluso algunos de los acusados del 1-O

29 mayo, 2019 00:00

En la fase documental del juicio del procés en el Tribunal Supremo la Fiscalía ha intentado sustentar la acusación de rebelión con vídeos que, en palabras del fiscal Jaime Moreno, reflejaban el “clima de violencia” y de tensión que se vivió en el crítico periodo de otoño 2017, con el referéndum ilegal del 1-O y la declaración unilateral de independencia.

Estas palabras de Moreno para vincular las concentraciones y protestas de aquellos días con una violencia organizada remitían inevitablemente a un caso que el juez Marchena conoce bien: la sentencia condenatoria del Supremo contra ocho procesados por los altercados en la manifestación Aturem el Parlament, en 2011, cuando el entonces president Artur Mas y la expresidenta del Parlament Núria de Gispert tuvieron que acceder a la Cámara catalana en helicóptero.

Doctrina de violencia ambiental

El Tribunal Supremo revocó el auto de la Audiencia Nacional que absolvía a los ochos procesados y los condenó a tres años de prisión por un delito contra las instituciones del Estado de los previstos en el artículo 498 del Código Penal. Ahora, dicha sentencia puede sentar jurisprudencia en contra de los intereses de los políticos presos.

La resolución incluía un voto particular del magistrado Perfecto Andrés, favorable a mantener la absolución. Al quedarse en minoría, la ponencia se cambió, correspondiendo al presidente de la sala, el juez Marchena. Y es que el magistrado que preside ahora el tribunal que juzga a los políticos nacionalistas fue el autor intelectual del concepto de “violencia ambiental” para condenar a los ocho procesados del movimiento de los indignados que habían sido absueltos por la Audiencia Nacional.

En aquella resolución se describe un ambiente de tensión que pretendía “impedir la acción parlamentaria de los diputados”, y se sostiene que la “historia europea ofrece ejemplos” de cómo un “acto violento contra el órgano legislativo” puede dar paso a la “destrucción del régimen democrático”. Unos argumentos que son muy similares a los del ministerio fiscal en el juicio del procés para que se condene a los dirigentes nacionalistas. A través de los testimonios solicitados por la acusación pública se han utilizado conceptos similares (“ambiente prebélico”, “atmósfera de coacción” o “tumultuos”) para reforzar la rebelión.

Torra lo comparó con Tejero y el 23-F

Pero antes que Fiscalía fue el ahora presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien coincidió con Marchena en que el 15 de junio de 2011 se produjo ante el Parlament un ataque a las instituciones democráticas. El entonces editor vinculó esos altercados con el golpe de Estado de Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981. “El presidente ha tenido de que volar en helicóptero. Inmediatamente me viene la idea de Tejero y el tricornio. La grande, la inmensa vergüenza democrática que pasamos todos los que vivimos el 23-F. Tenía 18 años recién hechos y el día siguiente me examinaba de conducir, pero aquella imagen ha permanecido siempre en mi recuerdo como el punto culminante de la infamia, de la intolerancia, y del golpismo mesetario. Ahora, al lado del tricornio, tengo que poner un helicóptero. He vuelto a sentir la misma náusea, el mismo sudor frío, la sensación de revivir una pesadilla”, escribió en un artículo, titulado Un día de furia y verguenza, y que publicó en El Matí Digital.

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Fragmento del artículo de Torra vinculando el asedio en el Parlament con Tejero

Se despachaba llamando “pandilla de memos” a los indignados y se “negaba a pagar las facturas de los helicópteros”. El grado de afrenta que Torra percibía en esa protesta era equiparable al “tricornio” de los militares del 23F y pedía dar al Museo de Historia de Cataluña el abrigo de la entonces diputada Montserrat Tura --manchado de pintura por los indignados-- para “que nadie olvidara que eso pasó un día de junio de 2011 en Cataluña”.

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Fragmento del artículo de Torra

Homs celebró la sentencia

Si Torra se avanzó a la sentencia del Supremo, el entonces portavoz del Govern y ahora letrado defensor en el Supremo, Francesc Homs, afirmó que la sentencia del alto tribunal "concordaba con el sentimiento del pueblo de Cataluña”.

Esgrimía que “una parte muy notable de la ciudadanía de Cataluña no entendía que lo que sucedió en el Parlament quedara en nada”. “Hubo expresiones violentas y de intimidación”, remachó.

El Govern recurrió la absolución

La sentencia condenatoria del Supremo se produjo tras un recurso del Govern contra la absolución de la Audiencia Nacional. El ahora procesado Jordi Turull tildó de “despropósito” la absolución y se mostró partidario al recurso del Ejecutivo catalán del que formaba parte.

Turull insistía en que los manifestantes “cruzaron la línea de la violencia” y que los diputados y cargos del Govern fueron “acorralados” por los protestantes. Esta contradicción de Turull respecto al 15M y su procesamiento fue señalada por el sindicato CNT y el condenado Ciro Morales antes del pleno de investidura como presidente de la Generalitat que, finalmente, la CUP decidió no respaldar: “Hola Jordi Turull. Hace cuatro años fuiste testigo de la fiscalía y colaboraste con ella para que la Audiencia Nacional condenara a 3 años de cárcel a nuestros compañeros por el Bloqueo al Parlament del 15 de junio de 2011. Nosotros no olvidamos”.