Un juzgado de Girona ha dado 24 horas a la ultra Sílvia Orriols para que coloque la bandera de España y retire la estelada del Ayuntamiento de Ripoll (Girona). Así lo ha dictado la justicia tras la denuncia de la plataforma Impulso Ciudadano.
En caso de no hacerlo, "se adoptarán las medidas coercitivas legalmente previstas para que se lleve a efecto lo acordado", señala el auto judicial. La entidad constitucionalista requirió en verano a la alcaldesa de Ripoll que retirara la estelada que ondea en la fachada del consistorio y pusiera la bandera española "tal y como indica la normativa".
Desafío a la justicia
Durante las últimas elecciones generales, la Junta Electoral de Puigcerdà obligó al Ayuntamiento gobernado por el partido independentista ultra Aliança Catalana a retirar la estelada de la fachada del edificio. Orriols lo hizo, pero una vez acabada la campaña volvió a colocarla.
Fue entonces cuando la entidad advirtió a la líder de Aliança Catalana de llevarla a los tribunales en el caso de que siguiera incumpliendo la legislación vigente en materia de símbolos en lugares públicos o edificios institucionales.
De polémica en polémica
En el último año, la ultra Orriols ha sido carne de polémicas en numerosas ocasiones. Fue el pasado agosto cuando la alcaldesa de Ripoll irrumpió en el acto de homenaje a las víctimas del atentado del 17 de agosto de 2017 en Barcelona con un marcado discurso homófobo.
Pocas semanas antes, el consistorio informó a través de sus redes sociales de la entrega a la Policía Nacional de un inmigrante en situación irregular para su expulsión. El Consistorio distribuyó una foto en la que se podía ver a un hombre tapado con una sábana durmiendo en un parque. La polémica no tardó en llegar y las redes se llenaron de comentarios contrarios a Orriols, incluso figuras políticas calificaron la publicación del consistorio de "repugnante".
Portazo del sector cultural a Orriols
Y es que no para de ganarse enemigos. A finales de agosto, el Festival de Música Antiga dels Pirineus (FeMAP) anunció que dejaría de organizar conciertos en Ripoll al considerar que algunas de las políticas que impulsaba el nuevo Ayuntamiento "no eran compatibles con los valores que promueve el festival".
Mientras, y a pesar de la eterna advertencia de la oposición de hacerle una moción de censura, la líder del partido ultra sigue gobernando sin problemas.