El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el debate de política general
Aragonès quema el debate de política general con las riñas entre ERC y Junts
Los republicanos juegan la última carta que les queda para 'salvar' el partido tras los malos resultados electorales: la de desgastar a Junts demostrando que también se ha 'rendido' al Gobierno negociando la amnistía
26 septiembre, 2023 23:30Noticias relacionadas
Han pasado meses desde las elecciones municipales y generales y, sin embargo, el pulso entre Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts está lejos de acabarse. Todo lo contrario. Ambos partidos se han convertido en enemigos íntimos, y no han perdido oportunidad para llevar sus filias y fobias al Parlament. Lo evidenciaron en el debate de política general de ayer, un pleno al que el año pasado acudieron siendo socios de Govern y del que salieron todavía más fracturados. Días más tarde se confirmó la ruptura.
El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, interviene durante una sesión en el Parlament
Así pues, atrás quedan los tiempos en los que los partidos independentistas acudían a la Cámara catalana flanqueados y parando los ataques de la oposición. Una oposición que, si en algo coincide, es en la debilidad y soledad de un Pere Aragonès que juega la última carta que le queda para salvar el partido tras los malos resultados en los últimos comicios: la de desgastar a Junts demostrando que también se ha rendido al Gobierno negociando la amnistía a cambio de la investidura de Pedro Sánchez.
Cruce de reproches
El discurso de Pere Aragonès en el debate de política general no sorprendió a nadie, aunque sí propició críticas de sus exsocios. Durante su intervención de más de dos horas, el president dio por hecha la amnistía, que es "inevitable", y trató de subir el precio a la reelección del socialista reclamando un referéndum de "autodeterminación" para esta legislatura.
También se dedicó a sacar pecho de la "mesa de diálogo" iniciada por su partido y que consiguió prebendas como los indultos, la derogación del delito de sedición o la rebaja del de malversación. Una vía a la que, recordó, no se sumaron los de Junts: "No todos se han sentido llamados a participar", agregó el republicano, que intentó ganarse a sus exsocios expresando su deseo de recibir pronto a Puigdemont y Marta Rovira. Una frase que solo fue aplaudida por sus 33 diputados.
La portavoz de Junts, Mònica Sales, en el Parlament
La respuesta de los neoconvergentes a ese discurso fue clara: "Le pido que no hable en nombre de terceros, y todavía menos que dé nada por hecho", expresó la portavoz, Mònica Sales. Unas palabras a las que se sumó el prófugo desde Bruselas, quien se desmarcó de que exista un acuerdo para la amnistía como dicen los republicanos y niegan desde el PSOE: "No me siento concernido".
La principal obsesión de Aragonès
No cabe duda de que ERC se encuentra en el momento más débil. Por eso, el partido liderado por Oriol Junqueras trata de revertir los malos resultados electorales a la desesperada. Eso es, intentando desenmascarar a Junts como un actor político que ha sido inútil en los últimos años porque se borró de la negociación con Sánchez y que, ahora, pretende lograr una amnistía que deja muy descafeinados los indultos.
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, junto a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y otros miembros de ERC.
Hoy por hoy, la principal obsesión de Pere Aragonès es que Junts no consiga en una sola negociación para una investidura lo que su partido ha ido trabajando durante varios años. De ahí su afán por desenmascarar las incongruencias de Puigdemont ante sus votantes para que también sufra un cierto desgaste en unas futuras elecciones autonómicas y que no sólo ERC sea blanco de críticas como las de quienes les tildan de "botiflers" ("traidores").
Estrategia de resistencia para las autonómicas
El discurso que pronunció el president durante el debate de política general y la estrategia que lleva a cabo de dar por descontada la amnistía para no parecer blando con el Gobierno ante su electorado es la de alguien que es consciente de su debilidad política. Por eso, los republicanos suben el tono en las negociaciones en una nueva pugna por el espacio independentista.
ERC se ha cansado de intentar evitar fugas hacia un PSC que se ha consolidado, por lo que su objetivo ahora es centrarse en el espectro independentista y aplicar una estrategia de resistencia para las elecciones autonómicas de febrero de 2025, donde vivirá su duelo final con Junts.
