Los partidos se someten este martes al debate de política general en el Parlament. Un pleno que los independentistas utilizarán para sacar a relucir sus exigencias para la reelección de Pedro Sánchez al coincidir con el debate de investidura --posiblemente fallido-- de Alberto Núñez Feijóo. Pero será, sobre todo, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, quien intentará desviar el foco hacia el Congreso de los Diputados ante las carencias de un liderazgo endeble en ERC y de un Govern débil en minoría.
Tampoco se descartan reproches entre Junts y ERC por ver quién ha hecho más por doblarle el brazo al Estado. De hecho, en los últimos días, la estrategia de los republicanos es la de descafeinar la negociación de Junts dando por hecha la amnistía y retratar que esta no es sino la culminación de todos los avances que han conseguido en la mesa de diálogo para desjudializar el procés.
De hecho, esa es la línea que seguirá el president durante su discurso --que se alargará dos horas--, en el que remarcará que da la amnistía por "descontada" y advertirá de que ahora toca avanzar hacia un referéndum pactado.
'Indepes' sin rumbo
De este modo, los partidos independentistas siguen divididos un año después del anterior debate en el que los neoconvergentes reclamaron una moción de confianza a Aragonès. Y un debate en el que, precisamente, se consumó el proceso de divorcio que ERC y Junts iniciaron ya durante la presidencia de Quim Torra, donde la crisis de gobierno y los reproches velados comenzaron a hacerse constantes en la Cámara catalana.
Desnortados y sin rumbo, ambas formaciones lucharán por teletransportarse al Congreso de los Diputados invocando la amenaza de la derecha y la ultraderecha, y a un Pedro Sánchez que da por hecho "un gobierno progresista" para los próximos cuatro años. En este sentido, se ha venido apuntando a un acuerdo que incluya la amnistía a cambio de investidura y presupuestos para que el nuevo Ejecutivo eche a andar con una cierta confortabilidad parlamentaria.
Un PSC centrado en los problemas reales
Frente a la falta de horizonte del independentismo, el líder de la oposición Salvador Illa se fajará para centrar el debate en los problemas reales que afronta Cataluña, tal y como han explicado a Crónica Global fuentes de la formación. Siendo un ejemplo los alarmantes indicadores sociales, cuestiones educativas o la necesidad de nuevas inversiones para reactivar la economía y que, a su vez, ya fueron comprometidas en los anteriores presupuestos que Aragonès aprobó con los votos de PSC y comunes. Esos son, por ejemplo, la B-40 y la ampliación del aeropuerto de El Prat.
El objetivo de los socialistas es claro: poner de manifiesto ante la sociedad catalana que su partido es el más preparado para gobernar y no está desconectado de la realidad, como sí es el caso de un Govern de Aragonès "cada vez más débil". Una idea sobre la que ya insistió Illa el pasado domingo durante la Festa de la Rosa con Pedro Sánchez en Gavà.
Este debate de política general no solo coincide con el debate de investidura en Madrid, sino que también marca el inicio de la recta final de la legislatura catalana cuyo final se prevé a finales de 2024 o principios de 2025. En este sentido, veremos si el tablero político catalán comienza a moverse o si habremos de esperar a que se consume la investidura de un candidato a la presidencia para que asomen nuevos discursos y estrategias en el hemiciclo.