El president de la Generalitat, Pere Aragonès, hace las paces con una Asamblea Nacional Catalana (ANC) que le exige tanto a ERC como a Junts dejar de negociar la investidura de Pedro Sánchez. El republicano ha confirmado que participará en la manifestación de la Diada al considerar que, este año, tiene un enfoque diferente al del anterior, cuando la entidad independentista centró la concentración en las críticas hacia la estrategia del Govern.
"Mi previsión es participar, el escenario es diferente", ha expresado en una entrevista en Els Matins de TV3. Aunque también intente marcar el camino a los partidos secesionistas en Madrid, brindar una imagen de unidad ha pesado más en la toma de decisiones del líder del Ejecutivo catalán.
El independentismo, a prueba
La manifestación de la ANC del próximo 11 de septiembre marcará la primera semana del curso político. Tras la debacle en número de participantes de ediciones anteriores, la convocatoria de este año sí podría servir como termómetro para medir la fuerza independentista ya que ocurre en plenas negociaciones para la investidura.
Cabe recordar que, el año pasado, ERC dio plantón a la entidad independentista al considerar que centraba la fiesta en criticar su estrategia por negociar los indultos de los políticos presos por el referéndum ilegal del 1-O.
Pero este año, el president asegura de forma abierta que el escenario "es diferente", ya que la presión está puesta hacia el Gobierno de España y, concretamente, hacia los socialistas, quienes -a su parecer- deben mover ficha para conseguir el sí de los independentistas.
Aragonès celebra que Junts negocie
En este sentido, Aragonès ha explicado que las conversaciones se encuentran en un punto muy inicial, aunque ha insistido en que la amnistía y el referéndum de autodeterminación son líneas rojas para dar su visto bueno a Sánchez. Unas condiciones que no ha consensuado con Junts, desde donde el expresidente fugado, Carles Puigdemont, marca la estrategia y la detallará en una rueda de prensa en Bruselas este martes.
Asimismo, el republicano ha celebrado que los neoconvergentes se sumen a la "vía de la negociación" que ERC inició hace tiempo. Ha reivindicado los avances que ha supuesto para los líderes del 1-O la reforma de la sedición y la malversación y los indultos.
"Me alegro de que, después de cuatro años forzando al Estado en la vía de la negociación, haya más formaciones políticas que se apunten a la vía de explorar la resolución del conflicto", ha sentenciado Aragonès. Se ha atribuído de este modo el mérito de "arrastrar al PSOE" hacia la llamada "pacificación" de Cataluña. Todo ello, en medio del pulso que mantiene su formación con Junts por quién influye más en la negociación de la investidura.
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