Pese a la gravedad de un intento boicot a la Vuelta ciclista en Cataluña mediante el vertido de 400 litros de aceite, las reacciones políticas han sido tibias, cuando no se han caracterizado por el silencio. La negociación de los partidos independentistas con Pedro Sánchez sobre su investidura, unido al deslucimiento de la etapa ciclista a su paso por la comunidad catalana, no son ajenos a la ausencia de una condena rotunda.
Tanto Junts per Catalunya como ERC se limitaron a pedir la libertad de los cuatro radicales secesionistas detenidos por la Policía Nacional, acusados de preparar el vertido de 400 litros de aceite en la carretera por la que estaba previsto que circularan los ciclistas. Y enmarcaron esas acciones en el derecho a la libertad de expresión.
En libertad con cargos
Los arrestados quedaron en libertad con cargos, pero el gobierno catalán, presidido por Esquerra, no ha condenado esa acción, cuyos preparativos han sido difundidos en un vídeo por los investigadores.
El boicot frustrado sí ha sido explícitamente criticado por el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, cuyo desmarque de la estrategia de negociación de Alberto Núñez Feijóo de negociar con Junts ha evidenciado la crisis interna que la investidura del futuro presidente español ha provocado dentro del PP.
“Que alguien diga que poner chinchetas en el recorrido de unos ciclistas es una "legítima forma de protesta democrática" define a la perfección la enfermedad moral que continúa destruyendo la sociedad catalana. Dicha enfermedad moral debe ser combatida sin descanso ni matices”.
Colocación de chinchetas
Fernández se refiere a otra acción, que actualmente investigan los Mossos d’Esquadra, consistente en colocar chinchetas al paso de la Vuelta. Una decena de ciclistas se vieron afectados, aunque pudieron seguir en la competición.
Mucho más explícitos, pero para aplaudir la acción de los CDR, han sido entidades como la Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural, Alerta Solidària o la CUP, quienes hicieron un llamamiento a salir a la calle con banderas independentistas en señal de protesta por los arrestos.
Todo ello se produce tras una etapa de la Vuelta catalana, empañada por la lluvia, el boicot y la falta de luz en el arranque de la competición en Barcelona. Y también, en el marco de una negociaciones sobre la investidura, que han hecho aflorar las contradicciones del PP, partido que durante años ha calificado de a ERC y Junts como “golpistas”. Asimismo, los neoconvergentes, que siempre han censurado la estrategia de diálogo de ERC con el Gobierno, negocian con los socialistas la investidura de Sánchez.
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