Los pactos con el PSOE rompen el idilio de Puigdemont con el activismo independentista
Junts ha pasado de vetar los acuerdos con los “partidos del 155” y arremeter contra el diálogo de ERC con los socialistas, a aceptar diputados de este partido para formar grupo propio en el Congreso
27 agosto, 2023 23:31Noticias relacionadas
- La ANC pide una “gran movilización” ante el 11-S para “exigir el bloqueo de la investidura”
- El independentismo ultra irrumpe en la investidura y avisa de que "el Estado español sigue en guerra"
- Òmnium quiere reventar la Vuelta ciclista con banderas independentistas
- Investidura, Diada y presupuestos: la diabólica agenda de Aragonès
A las ya de por si deterioradas relaciones entre los partidos políticos independentistas y el activismo que defiende esta ideología, se añade ahora el pacto entre Junts per Catalunya (JxCat) y el PSOE, lo que ha permitido a los neoconvergentes tener grupo propio en el Congreso, así como la cesión de diputados de Sumar a ERC con la misma finalidad.
Los acuerdos, que se enmarcan en las negociaciones sobre la investidura del futuro presidente español, han supuesto el punto álgido de un cambio de rasante en la estrategia de JxCat que ha descolocado a entidades secesionistas e ideólogos que, hasta ahora, aplaudían el discurso duro tutelado por Carles Puigdemont desde Waterloo. La predisposición del fugado a tender puentes con los socialistas ha enfriado su idilio con el independentismo más recalcitrante.
Marcha atrás en las consignas
Tras las elecciones municipales de mayo, el Consejo para la República que lidera Puigdemont había hecho un llamamiento a no pactar con “los partidos que apoyaron la aplicación del 155 en Cataluña”, en referencia a PSOE y PP. Una consigna que ha quedado pulverizada tras las generales.
Hasta ahora, Junts había pasado su relato en la ruptura de relaciones con un Gobierno socialista que, denunciaban, se niega a conceder a Cataluña su derecho a la autodeterminación. Esa postura permitía a los herederos de CDC erosionar a ERC y mantenerse como garantes del legado del referéndum del 1-O.
En ese sentido, la salida de Junts del Govern en octubre de 2022 fue el gesto más determinante y más crítico con Esquerra, a la que acusaban de negociar con el “Estado opresor”. Pero los resultados de las elecciones generales otorgaron a Junts una posición determinante, ya que la victoria de Alberto Núñez Feijóo no fue suficiente para que los populares accedieran a la presidencia del Gobierno.
La sesión de investidura está señalada para los días 26 y 27 de septiembre y, hasta entonces, PSOE y PP tendrán que apuntalar sus alianzas.
Rechazo de ANC y Òmnium
Todo apunta a que Junts y ERC apoyarán a Pedro Sánchez. Y aunque ambas formaciones exigen una ley de amnistía para los encausados por el procés como condición sine qua non para negociar, lo cierto es que ya hay gestos que no han gustado nada a entidades como la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural. Tampoco a los ideólogos más ultras del secesionismo. Allanar la designación de Francina Armengol (PSOE) como presidenta del Congreso y la citada cesión de diputados a Junts ha sido mal recibida por la ANC, que ha hecho un llamamiento al independentismo a salir a la calles en la Diada para pedir el bloqueo de la investidura. Òmnium, hasta ahora más tibia en su crítica al diálogo entre ERC y el Gobierno, ha vuelto a aliarse con la Assemblea como en los mejores tiempos del proceso independentista.
Medios como Vilaweb o El Nacional han cuestionado esos acuerdos o, cuando menos, han reprochado a sus hacedores su poca transparencia. Por su parte, el exvicepresidente del Parlament y exdiputado de Junts, Josep Costa, ha arremetido contra los partidos que negocian pues, a su juicio, “no hay nada que negociar con un Estado en guerra con Cataluña”. Otros opinadores, en cambio, defienden la supuesta astucia de Puigdemont.
Es el caso del historiador Agustí Colomines, quien asegura que Junts sabe negociar mejor que ERC y saca rendimiento inmediato de los acuerdos. Albano Dante-Fachin, exdirigente de Podemos y simpatizante de Junts, por el contrario, considera que este partido ha perdido la credibilidad. Las redes sociales ardieron cuando se supo de ese mercadeo de diputados entre neoconvergentes y socialistas. Probaron de su propia medicina, ya que durante meses, fue JxCat el que atacó a ERC por defender el diálogo con el partido de Pedro Sánchez.