El Festival de Música Antiga dels Pirineus (FeMAP) dejará de organizar conciertos en Ripoll (Girona) porque considera que algunas de las políticas que ha impulsado o prevé llevar a cabo el nuevo Ayuntamiento "no son compatibles con los valores que promueve el festival", informa en un comunicado este jueves.

El director del festival, Josep Maria Dutrèn, se ha reunido esta semana con la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, y con el teniente de alcaldía y concejal de Cultura, Deportes, Educación, Juventud e Infancia, Albert Santandreu, para anunciarlos la decisión.

Diez años de relaciones

Según el FeMAP, el Ayuntamiento "ha respetado la decisión del festival y ha agradecido que la dirección lo haya comunicado a la primera autoridad municipal antes de hacerlo público" y ha asegurado que si cambian de opinión tendrán las puertas abiertas.

El festival ha tomado esta decisión después de casi diez años de relaciones con la ciudad, que se integró a la iniciativa en 2014 y, desde entonces, cada año ha organizado conciertos y actividades culturales complementarias, entre otros.

Sin embargo, ha remarcado que "está comprometido con la justicia social, la integración y el respeto a los derechos humanos" y deja Ripoll porque no ve compatible algunas de sus políticas con sus valores.

Precedentes

No es el primer plante procedente del sector cultural que recibe Orriols, muy criticada por su ideología xenófoba. El pasado mes de junio, la comisión de fiestas que lleva años organizando la fiesta mayor y otras actividades como el carnaval en esta localidad, anunció que las personas que forman parte de ella actualmente renuncian en bloque como muestra de rechazo al gobierno de extrema derecha.

"No nos sentimos partícipes de un ayuntamiento que no tolera a otros colectivos, discriminando de forma directa", dicen en un comunicado. Recuerdan que su función es la de montar jornadas festivas de carácter inclusivo, "donde todos tengan su espacio y puedan disfrutar". Y añaden que "las ganas siguen aquí, pero no nos sentimos con la motivación como para colaborar con este ayuntamiento". 

Para celebrar la verbena de Sant Joan, Orriols ofreció "coca, fuet y chocolate para todo el mundo" con la intención de "recuperar las tradiciones para que las nuevas generaciones puedan disfrutarlas". La inclusión de carne de cerdo entre la oferta gastronómica de la festividad fue tachada de "antisemita" y de "querer excluir a la comunidad musulmana" de la celebración.

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