La alcaldesa de Ripoll (Girona), Sílvia Orriols, ha pedido al Govern que “recapacite y rectifique su decisión de tolerar burkinis en las piscinas municipales”. La ultraderechista, que ganó las elecciones del 28 de mayo con un marcado discurso contra la inmigración, entregó hace unos días un sintecho marroquí en situación irregular a la policía.
Ahora, se ha dirigido por carta a la consellera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge, para pedirle que rectifique y replantee la medida de permitir el vestido de baño integral en las piscinas de titularidad pública. Porque, en su opinión, estas concesiones son contraproducentes y peligrosas, fomentan la discriminación y alimentan las contracomunidades y el recelo contra Occidente.
“Modelos misóginos”
En su carta, que ha compartido en Twitter, Orriols insiste en que se está cediendo “a la demanda de diferentes asociaciones islámicas que pretenden introducir en Occidente las actitudes y normativas misóginas existentes en los países de mayoría musulmana”.
“Consideramos –prosigue— que el Govern de Cataluña tendría que velar por los derechos de todas las niñas y mujeres que residen en el país y combatir las presiones de determinados colectivos que pretenden importar modelos misóginos provenientes de Estados que no respetan ni los derechos ni las libertades de las mujeres”.
Los únicos requisitos para bañarse en Cataluña
Sin embargo, fuentes del Departamento de Igualdad y Feminismos han explicado a Europa Press que no han recibido ninguna comunicación del Ayuntamiento de Ripoll por ningún canal oficial.
El Govern recordó en julio a los ayuntamientos que no pueden prohibir el toples, la lactancia, ni generar situaciones de discriminación en las piscinas municipales, como prohibir el acceso con vestidos de baño que tapen más partes del cuerpo. Verge aseguró entonces que “llevar un vestido de baño que cubra los genitales y quererse refrescar son las dos únicas condiciones para poder acceder a una piscina municipal en Cataluña”.