ERC mantiene el pulso a Junts. La secretaria general, Marta Rovira, ha insistido en priorizar el entendimiento estratégico con los neoconvergentes, que por ahora enfrían la posibilidad de investir a Pedro Sánchez desde que el pasado 9 de agosto el Tribunal Constitucional (TC) inadmitió el recurso de amparo que presentaron el expresident de la Generalitat fugado Carles Puigdemont y el exconseller de Salud Toni Comín contra las órdenes de detención que dictó para ambos el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena por desobediencia y malversación.
Sin embargo, los republicanos aseguran que no quieren renunciar a la "fuerza conjunta y necesaria" de 14 diputados independentistas para negociar la investidura.
El fantasma de una repetición electoral
A través de las redes sociales, Rovira ha recordado que 14 diputados "coordinados estratégicamente pesan más que siete por cada lado", que son los que obtuvieron ambas fuerzas políticas en las últimas elecciones generales del 23 de julio. Estas palabras van en la línea de lo que han expresado otros dirigentes en los últimos días, entre los que se encuentra la portavoz Marta Vilalta, quien pidió "aparcar los reproches" y "buscar puntos de acuerdo" en el precio a reclamar a los socialistas para dar sus votos a la investidura. Unos votos que "el PSOE no puede dar por descontados", ha advertido Rovira este domingo.
Pese a este aparente encarecimiento del apoyo de los republicanos, a nadie se le escapa que insisten en llegar a un acuerdo con Junts para evitar una repetición electoral que derivaría en un nuevo batacazo como el ocurrido el 23J, cuando obtuvieron unos resultados pésimos en comparación a las de 2019.
Junts da calabazas
Pero el pánico de ERC ante una repetición electoral no es compartido por Junts, que en las últimas horas ha vuelto a dar calabazas a sus exsocios de Govern enfriando la posibilidad de negociar la investidura de manera conjunta. Y es que, precisamente, la reflexión que hacen los neoconvergentes es que marcar perfil propio respecto a ERC --bien sea abandonando el Ejecutivo autonómico o mostrando un alto precio para investir a Sánchez-- es lo que les ha permitido minimizar su desgaste en los últimos años pese a la depresión en la que han entrado las bases independentistas. Algo que no ha logrado ERC, desplomándose tanto en las elecciones municipales como en las generales, pese a tener altas cuotas de poder institucional.
De este modo, los republicanos se encuentran en una encrucijada ante la urgente necesidad de investir a Sánchez para alejar el fantasma de un nuevo batacazo electoral, a la vez que quieren mostrar que su voto es tan útil como el de Junts para defender los intereses de los catalanes en la antesala de unas elecciones autonómicas.