Esquerra Republicana tiene prisa por investir como presidente del Gobierno a Pedro Sánchez. Así lo evidencian las últimas declaraciones de dirigentes del partido, que urgen a llegar a un "acuerdo estratégico" con Junts, a quienes quieren frenar el protagonismo obtenido tras los resultados de las elecciones del 23 de julio, que les otorgaron la llave de la gobernabilidad de España.
Hoy por hoy, la formación liderada por Oriol Junqueras se encuentra en un viacrucis. Por un lado, pretende trasladar a la opinión pública que su voto es igual de útil que el de su principal rival independentista; pero, por otro, quiere alejar la posibilidad de volver a unas urnas que dinamitarían de nuevo sus expectativas.
Las contradicciones de ERC
Las distintas comparecencias públicas de los dirigentes republicanos evidencian contradicciones en el discurso. Por un lado, ERC quiere convencer a sus votantes de que su voto equivale al de Junts para defender los intereses de los catalanes en el Congreso de los Diputados. En este contexto, el partido asegura que no dará su sí a la investidura a Sánchez por un precio muy bajo y sin contemplar "la resolución del conflicto político" a través del referéndum de autodeterminación o la amnistía. De ahí las declaraciones de la secretaria general, Marta Rovira, atribuyéndose el mérito de haber "movido" a Sánchez en lo que antes se creía "imposible", como los indultos o la reforma de la sedición y la malversación.
Pero, a la vez que quieren trasladar esa dureza para equipararse a Junts --su principal rival entre el electorado independentista--, también necesitan desesperadamente que la investidura se produzca cuanto antes. Por dos motivos. En primer lugar, a los republicanos les interesa alejar el riesgo de una repetición electoral que pulverizaría sus expectativas y que les haría mucho daño electoralmente. Y es que sus resultados podrían ser incluso más bajos que los obtenidos en las dos últimas citas electorales --las municipales del 28 de mayo, donde perdieron alcaldías relevantes como la de Tarragona, y las generales del 23 de julio--.
Junts, de la irrelevancia a ser la llave
En segundo lugar, ERC necesita esa investidura exprés para frenar el protagonismo de Junts. En este sentido, cabe recordar que la formación manejada por el expresident de la Generalitat fugado Carles Puigdemont ha sido durante mucho tiempo irrelevante en el panorama político catalán, pero también en el español, donde tampoco ha tenido incidencia en las prebendas que han conseguido sus exsocios.
Sin embargo, esto ha cambiado. Tras las elecciones del 23J, Junts se ha convertido en un actor político que ha vuelto a escena al tener la llave de la investidura de Sánchez, lo que ha permitido cotizar al alza la figura del huido. En este sentido, algunas voces aseguran que ERC contempla con temor que Junts siga teniendo un protagonismo creciente que podría perjudicarles en las futuras elecciones autonómicas.
ERC mira hacia los dos lados
Llegado el caso, habría que ver qué resultados obtienen batiéndose el cobre también con un Junts mucho más musculado que hace unas semanas, pese a la pérdida de poder institucional tras las elecciones municipales, en las que los posconvergentes se han quedado sin la alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona pese a la victoria de Xavier Trias y fuera del gobierno de la Diputación de Barcelona.
Hoy por hoy, los republicanos no se pueden permitir que Junts pegue un golpe al tablero y pasar de competir del tú a tú con el PSC y liderar la Generalitat con un Pere Aragonès debilitado, a ver que los socialistas le comen el terreno por un lado y Junts, por otro.
Tampoco les compensa enfadar a un PSC que les ha facilitado tocar poder en organismos que mueven millones como la Diputación de Barcelona y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB).