El recuento del voto exterior del 23J ha mantenido sin cambios los resultados electorales en Cataluña. Junts mantiene los siete representantes en el Congreso de los Diputados que consiguió el domingo pasado y se confirma como la fuerza que tiene la llave de la gobernanza.
No ha habido cambios ni en Tarragona ni en Girona, donde los de Carles Puigdemont se jugaban dos de sus representantes en Madrid. En Tarragona, el PSC no ha conseguido los 1.200 votos que necesitaba para sumar a otro representante en la Cámara Baja. Se ha hecho con poco menos de 500 votos a su favor en el recuento exterior de la demarcación, una fuerza que no es suficiente para cambiar la fotografía del domingo pasado.
Sin vuelco en las mayorías en el Congreso
Algo parecido ocurre en Girona, pero con actores diferentes. Era el PP de Ignacio Martín Blanco el que le disputaba un escaño a Junts y por una diferencia mucho menor, de tan solo 363 votos.
Al final, tampoco ha conseguido un vuelco que también tenía repercusiones en los grandes bloques que han quedado constituidos en el Congreso de los Diputados. La suma de las fuerzas de izquierda, los nacionalismos locales y los independentistas catalanes superan a los partidos de derecha y extrema derecha.
Sánchez debe negociar con Puigdemont
Pedro Sánchez solo podrá reeditar la presidencia si convence a los de Carles Puigdemont. El PSOE ya ha dado un primer paso para facilitar la negociación y habría comunicado que facilitará tanto a los neoconvergentes como a ERC que puedan tener el grupo propio en el Congreso que no consiguieron en las runas.
Los socialistas aún no han iniciado la negociación formal con Junts para facilitar la investidura. No se espera que tenga lugar en los próximos días y, de hecho, algunas voces del PSOE apuestan por dejar reposar los resultados y abordarla en septiembre. En cuanto a los de Puigdemont, repiten que la amnistía y el referéndum de autodeterminación en Cataluña son condiciones indispensables para facilitar la conformación de un nuevo gobierno.
La alternativa al pacto, insisten, es la repetición de las elecciones generales. Y esta es la demanda de las voces más radicales del partido, que consideran que no tienen nada que hablar con una formación que para su marco mental está situada en otro Estado.
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