Las circunstancias y los resultados políticos están llevando al PP a tomar la iniciativa en materia de posibles pactos de gobierno con el PSOE en algunas de las principales sedes de representantes del país. Ocurrió en Barcelona, donde los populares dieron la alcaldía a Jaume Collboni para evitar que esta cayera en manos de Xavier Trias, y es lo que propone ahora el líder del PPC, Alejandro Fernández, en una propuesta insólita lanzada en el Parlament este miércoles.
Los resultados de las elecciones del pasado domingo, en las que el PP se impuso con menos ventaja de la prevista sobre el PSOE, han abierto varios escenarios, entre ellos, la repetición de los comicios. Sin embargo, Fernández ha propuesto en el Parlament que el Partido Socialista facilite la investidura del líder popular, Alberto Núñez Feijóo (solo así sería investido presidente), a cambio de que su partido apoye al primer secretario del PSC, Salvador Illa, como próximo presidente de la Generalitat de Cataluña.
Oportunidad de enterrar el 'procés'
Fernández, de hecho, se ha dirigido directamente a Illa en la sesión de control al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y le ha dicho que están ante la oportunidad de “acabar con el procés” ahora que “recibe menos apoyo electoral que nunca”, y ello “pasaría por quitarles la influencia en Madrid en vez de darles la llave, y por mandarles aquí [en Cataluña] a la oposición”. “Si se cree que ERC y Junts le van a regalar la presidencia de la Generalitat no ha entendido nada. Ya ganó las autonómicas y ha vuelto a obtener un gran resultado ahora, pero mucho temo que preferirá siendo rehén de Pedro Sánchez para que le use de moneda de cambio con los nacionalistas para mantenerse él en el poder”, ha sostenido.
La realidad, por el momento, es que el PSC se mantiene al margen de cualquier negociación por la eventual investidura de Pedro Sánchez en Madrid. Son otros los encargados de realizar este trabajo, comenzando por el exdiputado Jaume Asens, que ha recibido el encargo de Sumar de convencer a Carles Puigdemont (Junts), instalado en Bélgica desde su huida de España tras la breve declaración de independencia del 2017, de que facilite la presidencia del líder del PSOE. Pero en este momento no está por la labor.
El independentismo, debilitado
Por su parte, el independentismo trata de ofrecer la enésima muestra de unidad a pesar de que esa comunión hace tiempo que saltó por los aires y en un momento en el que el movimiento está en claro retroceso, como muestra la pérdida de candidatos electos para esta legislatura (Junts, ERC y CUP pasan de 23 a 14 representantes; los cupaires incluso han desaparecido del Congreso). En este sentido, el president Aragonès y Junts se han emplazado a explorar un “frente común” para poner condiciones a la investidura de Sánchez, que pasan por la amnistía y la autodeterminación.
Según Aragonès, “vienen semanas de trabajo, negociación y coraje”, en las que corresponderá al candidato socialista a la investidura, Pedro Sánchez, “hacer propuestas” a los partidos que pueden darle su apoyo, por lo que, según el presidente catalán, ERC y Junts deben “trabajar conjuntamente” para que sus 14 diputados en el Congreso “aprovechen” esta oportunidad en beneficio de Cataluña. Esta oportunidad que ofrece la aritmética parlamentaria la aprovecharán “mucho más si todos los independentistas” actúan conjuntamente”.
En manos de Pedro Sánchez
Asimismo, el presidente del grupo de Junts, Albert Batet, ha dicho que su partido “no rehuirá esta oportunidad para desbloquear el conflicto político entre el Estado español y Cataluña”, aunque esperará “a ver si al otro lado quieren abrir una negociación política”, algo que “únicamente depende de Pedro Sánchez”.