La campaña de las elecciones generales que se celebran mañana es una de las más polarizadas que se recuerdan. La combinación de actos presenciales y redes sociales demuestran hasta qué punto los formatos híbridos se han impuesto en un durísimo márketing electoral. El ejemplo paradigmático es el uso de lonas electorales que, por sí solas, no tienen excesiva audiencia, pero sus mensajes son magnificados, y de qué manera, por Twitter, TikTok o Instagram.
De todo ello habla para Crónica Global Javier Velilla, socio-director de Comuniza, agencia de branding y consultora especializada en marca e innovación.
La utilización de lonas no es nueva. El presidente del Barça, Joan Laporta, ya recurrió a este tipo de reclamo para anunciar la primera tienda oficial del club en Madrid con la frase provocadora “Raúl es culer”. Previamente lo había hecho durante su campaña para dirigir el FC Barcelona, con una lona colocada al lado del estadio del Bernabéu en la que se podía leer “Ganas de volver a veros”. Las redes sociales ardieron.
Redes en ebullición
También entraron en ebullición en esta campaña cuando Vox cargó contra la ley del sólo sí es sí, o con su lona en la que aparecían banderas LGTBI, independentistas, comunistas o feministas tiradas a una papelera.
La viralidad de esos actos, boicoteados o respondidos por otros partidos, demuestra, como explica Velilla, que “la calle y el móvil han sido claves en esta campaña del 23J”. Decenas de marcas de gran consumo han combinado presencialidad y digitalización para vender sus productos.
Redes disruptivas
También los políticos recurren a ello, con mensajes enviados “mediante redes sociales disruptivas en tiempo real, vídeos, podcasts o entrevistas digitales”, afirma el experto en branded. Muchas de ellas dan lugar a memes que potencian ese altavoz digital y que refuerzan un fenómeno que ya se visualizó en las elecciones municipales del 25M: la importancia del candidato por encima de las siglas.
Mensajes que, según el experto, van más allá del día de reflexión, porque internet es incontrolable y va más allá de las normas que prohíben a los partidos hacer campaña este sábado.