Las elecciones generales del próximo domingo serán recordadas por las altas temperaturas. Los más de 40 grados que se esperan durante el 23J han obligado a algunos consistorios a tomar medidas para evitar sustos entre quienes forman parte de las mesas electorales. Entre ellas, habilitar otros espacios de votación mejor climatizados que los colegios, como son los centros cívicos. Esta decisión ha indignado, de nuevo, a los profesores, que recuperan su batalla contra la Generalitat.
Los sindicatos educativos advierten desde hace tiempo de que los niños y los trabajadores se cuecen en las aulas al no estar ventiladas de forma correcta ni climatizadas en verano. Y si la tendencia es la misma que en los últimos días -zonas de Cataluña han alcanzado los 45 grados- los docentes vaticinan "sustos" al inicio del curso escolar. De hecho, alertan de golpes de calor en las horas de clase.
Una medida de prevención
No todo el mundo votará en el mismo colegio electoral que lo hizo en las elecciones municipales del 28 de mayo. Y es que las temperaturas que se registraron entonces no serán las del próximo domingo, por lo que se han modificado los puntos de votación para prevenir posibles casos de deshidratación o golpes de calor, especialmente de los miembros de las mesas.
De hecho, uno de cada diez colegios de la ciudad de Barcelona cambiarán de lugar el domingo y todos los puntos de votación de la Ciudad Condal contarán con más de 18.000 botellas de agua. Estas medidas son positivas para prevenir daños en los ciudadanos, pero han indignado al colectivo docente, que lleva más de un año avisando de que las escuelas incumplen la normativa de riesgos laborales respecto a no superar los 27 grados. "Estamos en condiciones infrahumanas", dicen en declaraciones a Crónica Global.
"Los niños siempre son los últimos"
La vuelta al cole se producirá una semana antes de lo habitual por segundo año consecutivo y los colegios siguen sin estar preparados para afrontar las olas de calor. Por eso, los sindicatos critican que las Administraciones se pongan las pilas para encontrar lugares adaptados a la climatología durante la jornada electoral, pero a ellos no se les tenga en cuenta.
"Los niños siempre son los últimos, igual que pasó en pandemia, porque son los que menos se quejan", lamenta Pilar Gargallo, docente y miembro de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica de Cataluña. Ella, igual que el resto de sindicatos del sector, vaticina un inicio de curso "duro".
Ejemplo de centro escolar en verano
El portavoz de UGT, Jesús Martín, espera que a partir del próximo domingo se les tenga en consideración. "Toda la ciudadanía podrá comprobar el día 23 cómo se está en un centro escolar en verano. Qué eficiencia climática tiene, cómo está diseñado y cómo es estar con 25 o 30 personas en un aula, sin climatización y con un solo ventilador", ha advertido.
Ambos consideran que la Consejería de Educación de la Generalitat de Cataluña debería "renaturalizar los patios" para conseguir que haya más espacios de sombra, así como trabajar por la eficiencia climática, "como se hace en los hospitales o en los centros cívicos". "A nadie nos entraría en la cabeza que en un centro hospitalario no hubiese confort climático para llevar a cabo la tarea", agregan.
Un plan poco ambicioso
Hace unos meses, el polémico exconseller de Educación catalán, Josep Gonzàlez-Cambray, anunció un plan de actuación al cambio climático que pasaba por instalar 100 aires acondicionados para toda Cataluña, repartir 2.500 ventiladores y flexibilizar la actividad lectiva, sin contemplar en ningún caso el cierre de los edificios. Un plan poco ambicioso que no se ha llegado a materializar, aseguran las fuentes consultadas.
De hecho, varios profesores consultados aseguran que a sus centros no han llegado todavía estos aparatos de ventilación. Y no tienen esperanzas de que lleguen antes de iniciarse las clases. "Son medidas de márketing", agregan.
Consecuencias en el aprendizaje
Pero si el calor perjudica a todos, más aún a los niños, algunos muy pequeños. Y eso tiene unas consecuencias, asegura Gargallo. "El aprendizaje no será tan fluido y el bienestar de los alumnos no está garantizado", indica. Ante la pasividad de la conselleria, algunas direcciones y familias se han espabilado para que sus hijos no pasen tanto calor llevando sus propios ventiladores de casa. Pero también los docentes. "Yo he llegado a traer un ventilador para hacer la tutoría con los padres en pleno junio", relata una de ellas.
Ante esta emergencia climática, los sindicatos urgen a la Generalitat a hacer una "planificación para adecuar los centros a nuestra realidad climatológica" que nos demuestra que, hoy por hoy, el verano cada vez llega antes y se va más tarde. Por su parte, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y la consellera Simó presentarán las actuaciones de mejora de los centros educativos que el Govern llevará a cabo este verano. Y lo hace a pocos días de finalizar la campaña electoral del 23J.