El PSC ha conseguido el pacto para el control de la Diputación de Barcelona. Los socialistas formalizarán este mediodía el acuerdo con un antiguo miembro del partido, Jordi Ballart de Tot per Terrassa, que les dará su apoyo en el plenario que tendrá lugar este jueves.
El voto del alcalde egarense y los 5 de los Comunes, cuyo acuerdo se anunció hace días y se rubricará también esta misma tarde, los socialistas conseguirán los 23 votos a favor que necesitan para que la alcaldesa de Sant Boi, Lluïsa Moret, se convierta en la nueva presidenta de la institución supramunicipal. Se trata de los mismos 23 apoyos que tendrían las fuerzas independentistas, Junts y ERC, pero como el PSC es la primera fuerza en la Diputación de Barcelona decanta la balanza.
Equipo de gobierno, el 25 de julio
Cómo se repartirá de forma exacta el gobierno de la Diputación no se conocerá hasta la sesión del 25 de julio. Será entonces cuando se sepan los nombres de los vicepresidentes y quién asume las grandes áreas de gestión de una institución que mueve 1.242 millones de euros de presupuesto y que sirve de herramienta de control territorial a sus gobernantes.
De este modo, los relevos en la cúpula de la Diputación van más allá de la presidenta. En el último mandato ha existido una alianza entre socialistas y neoconvergentes que podía haber repetido tras las elecciones municipales del 28M, ya que los resultados permitían reeditar la alianza con una amplia mayoría (29 diputados).
Con todo, los duros de Junts per Catalunya se impusieron y exigieron un pacto netamente independentista. Los números también daban, ya que con los 11 diputados de ERC igualaban en fuerza la alianza de izquierdas (PSC y Comunes) y contaban con tener de su lado el voto del líder de Terrassa, que gobierna en su ciudad con los republicanos y que rompió el carné socialista en el momento álgido del procés.
El impacto de la B-40
Pero no tuvieron en cuenta el impacto de una de las últimas medidas aprobadas por el Gobierno y la Generalitat. Fuentes conocedoras de la negociación apuntan a que el desbloqueo de la B-40, el antiguo Quart Cinturó que debería unir los dos Vallès con el Baix Llobregat sin tener que pasar por Barcelona, explica en gran medida que la operación independentista no haya llegado a buen puerto. Y es que ha implicado que durante meses los socialistas del territorio hicieran piña con Ballart para exigir la ejecución de una vía que está pendiente de ejecutar desde finales de los años 80.
A ello se le debe sumar que los republicanos de Sabadell, con un peso destacado en el partido (el exalcalde de la ciudad y exconsejero de Territorio, Juli Fernàndez, es de la máxima confianza de Oriol Junqueras), se han opuesto a la infraestructura. De forma tan frontal que incluso generaron tensiones en el partido porque rechazaron de forma pública los pactos que el presidente Pere Aragonès ha ido cerrando con el Gobierno para asegurar la financiación necesaria de la B-40.
El proyecto se incluyó en el acuerdo presupuestario con el PSC y el mismo líder de los socialista catalanes, Salvador Illa, se ha preocupado de forma personal de que se cumpla el acuerdo. Incluso ha dejado claro que no será una simple carretera de doble sentido, como también se ha exigido desde la agrupación local de ERC.
El PSC, el partido con más poder en las Diputaciones
Por otro lado, que los socialistas se hayan asegurado el control de la Diputación de Barcelona también lo convierte en el partido con mayor poder en estas instituciones locales. Cerró pactos con ERC para conformar gobiernos en la de Lleida y Tarragona.
En este último territorio existía un acuerdo inicial con Junts que, también por decisión de la dirección central encabezada por Josep Rull, se rompió para intentar consegir una alianza en clave independentista. No prosperó porque los republicanos optaron por la propuesta socialista. Fuentes locales aseguran que el hecho de que los neoconvergentes intentaran imponer cómo debía conformarse el equipo directivo fue determinante.
Girona es el único territorio donde sí ha prosperado esta alianza independentista. Junts perdió un diputado, pero sí ha conseguido reeditar el acuerdo con ERC, una alianza con una amplia mayoría.
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