Sólo un 14% del alumnado con necesidades de apoyo educativo en Cataluña reciben algún tipo de ayuda económica por parte de la Consejería de Educación de la Generalitat para poder afrontar sus problemas. Así lo revela Fundació Bofill, cuyos datos revelan que en esta autonomía hay un total de 157.233 alumnos con estas características, "causadas por la situación socioeconómica de sus familias o por el hecho de haber llegado recientemente al país".
La entidad recuerda al Govern catalán -responsable de las competencias en esta materia- que si no atiende como es debido a estos alumnos con necesidades les puede llevar al abandono educativo, "condenándolos así al fracaso escolar y perpetuando la injusticia social". En este sentido, cabe recordar que Cataluña está a la cabeza de Europa en abandono escolar prematuro, tal como advirtió la propia Fundació Bofill el pasado noviembre.
"Es urgente garantizarlas"
"Es urgente garantizar que estos 157.233 alumnos tengan acceso a programas de apoyo educativo", alerta. Y recuerda que las pruebas de competencias de 2019 indican diferencias de hasta 26 puntos en las puntuaciones medias del alumnado de Cataluña en función del nivel socioeconómico y el capital cultural de sus familias.
Asimismo, las diferencias de puntuación en las pruebas de competencias entre alumnado escolarizado en centros de alta complejidad, "y por tanto más vulnerable", y el de centros de baja complejidad llega a los 18 puntos porcentuales en algunas competencias.
Falta de inversiones y recursos
Fundació Bofill destaca la importancia de poner en marcha programas de apoyo educativo orientados a la mejora de competencias básicas, de expectativas y de autoconfianza del alumnado, para acompañar a quienes tienen más necesidades y que "ningún alumno se quede atrás".
Así, propone destinar inversiones en recursos en los centros educativos, sobre todo en los de alta y máxima complejidad; potenciar el apoyo educativo en el entorno municipal; homologar y certificar las actividades y entidades de apoyo educativo; apostar por la implicación de las familias; un sistema de tarificación social; y promover sistemas de evaluación de las iniciativas.
Alto gasto de las familias para reforzar el aprendizaje
Fundación Bofill explica además que las familias "invierten cada vez más recursos en la educación en la sombra" con tutorías privadas complementarias y actividades extraescolares para reforzar el aprendizaje de sus hijos, con una media de 288 euros por alumno y año en Cataluña.
En este sentido, denuncia que los programas de apoyo educativo "no pueden ser un lujo que dependa de las capacidades económicas de las familias", e insta a garantizar el acceso para todos los niños que lo necesiten.
Desigualdad e injusticia social
La fundación cree que esta situación perpetúa la "injusticia social" y reclama impulsar una política pública de apoyo educativo para todos los niños y jóvenes.
Según datos del informe PISA, el alumnado con un alto estatus socioeconómico tiende a obtener mejores resultados en las pruebas de competencias básicas que ejecuta la Consejería de Educación que el de un estatus bajo.
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