Josep Gonzàlez-Cambray ya no estará al frente de la Conselleria de Educación. Ello después de que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, haya aprovechado la marcha de la consejera de Acción Climática, Teresa Jordà, para hacer cambios en el Ejecutivo autonómico y quitarse de encima a uno de los titulares más polémicos de su gobierno.
Cabe recordar que Cambray es el consejero menos querido por el colectivo al que representa, que arrastra varias huelgas educativas a raíz de decisiones unilaterales tomadas al margen de los sindicatos, como el avance del calendario escolar.
Una plataforma de profesores interinos protesta durante un acto de campaña electoral de ERC
Kike Rincón
EUROPA PRESS
Poco dialogante y capacidad poco negociadora
La marcha de Cambray ha tardado mucho en producirse teniendo en cuenta las polémicas que ha acumulado desde que accedió al cargo. Su marcha se produce dos años después de tomar el mando, y tras mantener un intenso pulso con los sindicatos educativos a raíz del avance del inicio de curso en Cataluña.
Cambray pasará a la historia por ser el conseller menos valorado. Ni la parte social ni las familias hablan bien de un consejero que se ha caracterizado por su talante poco dialogante, por sus imposiciones, falta de previsión y su capacidad poco negociadora. Motivos que han llevado a la parte social a movilizarse en numerosas ocasiones y, sobre todo, a desgastar a ERC --como se pudo comprobar en los resultados de las elecciones municipales del 28 de mayo--.
Un cese esperado
En los comicios locales, los republicanos no solo tuvieron que hacer frente a una baja participación, sino también al descontento de uno de los colectivos tradicionalmente votantes de ERC. Tal y como explicó Crónica Global, los profesores hacían un llamamiento a no votar a los republicanos por la "deplorable prepotencia" del conseller, que ha tensionado a todo el sector, familias, profesorado y direcciones.
Ello explica que los republicanos le escondiesen en sus mítines para evitar ruidos que diluyesen sus propuestas electorales.
Un alumno con un libro de texto
EP
Los sindicatos educativos llevaban tiempo reclamando el cese de un consejero que arrastra varios episodios conflictivos, y no solo la del avance del calendario escolar. Hace unos días, el estudio PIRLS dio a conocer los desastrosos resultados de los alumnos catalanes en comprensión lectora y que volvieron a ponerle en el punto de mira por su plan digital que sitúa a Cataluña solo por delante de Ceuta y Melilla.
Otras polémicas
Pero también ha sido noticia por la
falta de profesorado sustituto, que ha llevado de cabeza a las direcciones de los centros educativos en
un periodo clave como es la Selectividad, a la que los estudiantes han llegado poco preparados en algunas materias como matemáticas. Ello se le suma a las
condiciones laborales de los profesores y al endurecimiento de los requisitos para acceder a la docencia, estableciendo la obligatoriedad del máster de formación de profesorado y la exigencia de u
n nivel C2 de catalán. Cuestiones que han hecho de esa profesión una
de las más repudiadas en los últimos tiempos.
Y tampoco hay que olvidar el caos relacionado con la falta de plazas en la Formación Profesional (FP) y un plan de climatización de los centros inexistente a las puertas de un verano que se espera muy caluroso.
Alumnos que se presentaron a las pruebas de selectividad de 2020 / EP
Los retos de Anna Simó
Con todo, el consejero de Educación deja la Conselleria de Educación a pocas semanas de finalizar el curso escolar y de que se celebren unas oposiciones para la estabilización del personal interino que han supuesto un nuevo fiasco. Y se marcha con una serie de tareas pendientes, como acabar con los barracones o la implementación de una buena educación afectivosexual que reduzca los casos de acoso que se han dado en las aulas.
Esos y otros retos son los que tendrá que afrontar la nueva consellera Anna Simó.