Los vecinos de Vic (Barcelona) están decepcionados. Consideran que la ciudad ha empeorado en los últimos años con un gobierno que ha estado más preocupado por impulsar el catalán antes que la seguridad. Y es que este es, junto a la okupación, el problema que más inquieta. 

Así lo han dicho residentes de la capital de la comarca de OsonaCrónica Global, en una de las 15 paradas escogidas por este medio entre todos los municipios catalanes para conocer qué esperan sus habitantes de los comicios y cuáles son, a su parecer, los desafíos pendientes.



Con miedo a salir a la calle

Vic cuenta, hoy por hoy, con 47.545 habitantes --según datos de Idescat de 2022-- y es conocido por ser uno de los santuarios del independentismo. Sobre todo su alcaldesa, Anna Erra (JxCat), protagonista de varias polémicas y ninguna de ellas dirigidas a solucionar cuestiones que preocupan a sus ciudadanos. La seguridad es una de ellas, tal y como han reconocido en declaraciones a este medio. 

En este sentido, ven que la inseguridad ha ido in crescendo en los últimos años, hasta el punto de que ya no se puede ir por la calle a determinadas horas. "Depende de a qué horas prefieres no salir si no es una necesidad", dicen algunos. 

Una patrulla de los Mossos d'Esquadra en una imagen de archivo MOSSOS D'ESQUADRA

Más okupas

Otros, en cambio, creen que el relato de la inseguridad forma parte de una "campaña del miedo" de los partidos tildados de derechas. "Lo que ha crecido es la precariedad, porque ha venido mucha gente de fuera a trabajar y es una industria en la que no quiere trabajar todo el mundo", relatan. 

Las okupaciones también crecen, especialmente en algunos sitios como el Remei, conocido popularmente como Vic 2 por ser una zona degradada. De hecho, es el barrio que "está peor y donde hay más problemas de delincuencia, robos y suciedad", además de convivencia con los allanadores conflictivos. 

Los vecinos, decepcionados

El tráfico también preocupa, ya que el gobierno local ha vetado el vehículo privado en el casco histórico, así como la falta de regulación de patinetes y bicicletas que perjudican "a la gente mayor". Sin embargo, hay quienes lo ven como una ventaja: "Lo tenemos que mirar como una cuestión de calidad de vida, a nivel de salud y acústico".

Plaza de Vic

Aun con estos desafíos encima de la mesa, muchos vecinos sopesan no acudir a las urnas el 28 de mayo por estar decepcionados. "Es de las veces que menos claro lo tengo, me he cuestionado incluso si ir a votar", lamentan los mismos que consideran que Vic debe cambiar con otro gobierno que pase página de la etapa Erra. 

Y es que cabe recordar que la actual dirigente de JxCat no volverá a ser candidata al haber agotado dos mandatos, pasándole la patata caliente al actual concejal de Medio Ambiente, Albert Castells. 

Independentismo exacerbado

Tras su marcha, Erra no será recordada por su gestión al frente del consistorio, que deja mucho que desear según sus propios vecinos. Pero sí que pasará a la historia por su independentismo exacerbado, que la ha llevado a acoger numerosas performances, promover salmodias secesionistas y a vulnerar incluso la libertad ideológica de algunos partidos constitucionalistas --PP y Ciudadanos-- al vetarles carpas y actos. 

El expresidente de la Generalitat, Quim Torra, con la alcaldesa de Vic, Anna Erra EUROPA PRESS

Sea como sea, los posconvergentes tratarán de revalidar la mayoría absoluta que lograron en los últimos comicios de 2019, aunque con otro candidato. 

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