Banyoles es conocida por su lago. De hecho, forma parte de la ruta obligada para los visitantes de Girona. Rodeada por la sierra de Rocacorba, esta localidad de 20.000 habitantes bien vale un paseo por sus calles medievales, sus casas solariegas, el monasterio benedictino de Sant Esteve, sus murallas, su plaza mayor y sus dos museos, el arqueológico y el Darder.
Este último se vio envuelto en un escándalo hace años por haber albergado un bosquimano disecado –el conocido como el negro de Banyoles--. En el terreno de la crónica de sucesos, en 1998 fallecieron 20 personas y 38 resultaron heridas al naufragar una barca turística que cruzaba el lago debido al exceso de pasaje.
Pese a esos episodios dramáticos, lo cierto es que Banyoles aparece en algunos rankings como el pueblo de Cataluña donde se vive mejor, según factores como la salud, la cultura, el medio ambiente, la economía y la seguridad.
Feudo de Junts
El lago, subsede oficial de los Juegos Olímpicos de 1992, ha convertido a este municipio en referencia de actividades deportivas –natación, remo, piragüismo…--, lo que favorece que el sector servicios destaque sobre los más tradicionales, como la agricultura, la industria textil y alimentaria.
En 2019, Junts per Catalunya volvió a ganar por mayoría absoluta. Cuatro años antes lo había hecho bajo las siglas de CiU y con el mismo candidato que lleva al frente de la alcaldía desde 2007, Miquel Noguer. A excepción de la victoria de Plataforma Progresista en los comicios de 1991 y 1995, la pugna electoral en Banyoles ha tenido como protagonistas a los neoconvergentes y ERC, actualmente en la oposición.
El PSC se presenta por primera vez desde 2011 con Quim Fernández al frente.