No hay día que Plataforma per la Llengua no critique que las universidades catalanas no sean monolingües. En los últimos días, en sus redes sociales presumían de varios casos en los que han logrado rectificar la forma de actuar de los centros a través de testimonios de estudiantes que se quejan de que se use el castellano en clase. Los últimos casos han ocurrido en la Universidad de Lleida (UdL) y en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), y en ambos la presión ha hecho efecto. Ejemplos que, para algunos, evidencian “el secuestro” de la enseñanza por parte del Govern y de estas asociaciones.
Desde las entidades que defienden el bilingüismo en las aulas --como Universitaris per la Convivència, Docentes Libres y la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB)-- advierten de que Cataluña se encuentra "en medio de un proceso muy peligroso porque desde el Govern se señala a ciudadanos que discrepan de la imposición lingüística y se da aire a asociaciones" como la autodenominada ONG del catalán.
Tirón de orejas a la profesora
Uno de los hechos más recientes ha tenido lugar en la UdL, donde un alumno del grado de Derecho denunció a través de Twitter que su profesora cambió al castellano en una afán de ser “práctica y flexible” porque un compañero no entendía el catalán, y al que tildan de “catalanófobo” por llevar tres años en Cataluña y no entender el idioma. Para el estudiante es indignante que se modifique la lengua que aparece en la guía docente de la asignatura y así se lo hizo saber a la profesora: “Como no puede ser de otra manera, me opongo y la hago conocedora de su guía docente y de nuestros derechos lingüísticos”, explica el joven. Según relata, la docente le respondió “con un tono grotesco” y dejó la decisión en manos del rector de la Facultad de Derecho, Eduard Cristóbal.
Según ha podido saber Crónica Global, la dirección dio un tirón de orejas a la docente al considerar que el alumno tenía razón cuando se quejaba de que debía impartir la clase en catalán. Tal y como ha confirmado el consejo de dirección de la UdL a este medio, “se le ha pedido [a la profesora] que cumpla aquello que contempla la guía docente de la asignatura”.
La dirección dice que se debe cumplir la guía docente
En este sentido, avisan de que ese documento debe acatarse respecto a los contenidos como formalidades de las asignaturas, “incluida la lengua de impartición, sea cual sea”. Asimismo, de alguna manera responsabiliza al alumno que dijo no entender el catalán, quien debía asegurarse antes de empezar el curso: “La guía docente está hecha y disponible antes de que comience el curso, por tanto el estudiante la tiene antes de matricularse y puede consultarla”, añaden.
Los alumnos catalanohablantes de la UdL creen que la vulneración de sus derechos “es una práctica muy habitual y normalizada”. Algo que el consejo de dirección rechaza, pues aseguran que los equipos del decano y de dirección “velan porque se cumpla lo que consta en la guía docente sobre los contenidos y las formalidades de las asignaturas, incluida la lengua en que se impartirán las actividades docentes".
Pide la devolución del dinero
Pero este no es un hecho aislado. También ha ocurrido recientemente en la UAB, donde una alumna reclamó el pasado marzo el reembolso del curso en Interpretación del Patrimonio Cultural del centro de Formación Profesional Fundación UAB porque, a su parecer, no se cumplían los porcentajes de cada lengua que anunciaban en la información general para el curso 2022-2023. Esos son un 55% catalán, 15% castellano, 10% inglés, 10% francés y 10% italiano.
Tras una primera queja a principios de marzo, la universidad denegó su solicitud al considerar que “no hubo modificación del idioma de impartición del curso” y alegando que toda la parte práctica --que representa el 70% de la materia-- “se puede desarrollar en catalán”. “La parte teórica se desarrollará en castellano, ya que hay alumnos de otras nacionalidades que no conocen el idioma”, expresa la respuesta de la UAB a la alumna y que ha publicado en las redes.
Sin embargo, la presión ejercida por Plataforma per la Llengua ha logrado que la estudiante reciba la devolución del importe del curso. Pero no todo son buenas noticias para la autodenominada ONG del catalán. Y es que, a raíz de su reclamación, el centro ha modificado su información para la edición del curso 2023-2024 y ya no establece porcentajes lingüísticos, sino que marca el castellano como lengua de habla del docente.
"Victimización lingüística"
Para Universitaris per la Convivència estos hechos solo demuestran que “el poder nacionalista ha capturado las universidades”, un lugar en el que debería imperar el “pluralismo lingüístico”, asegura su portavoz Isabel Fernández Alonso. Aunque desconoce estos dos casos concretos, sí que afirma que los nacionalistas “han creado un problema donde no lo había” y debería “primarse la calidad de la docencia”. Además, ha defendido que la mayoría de los alumnos “son razonables” cuando un compañero no entiende el catalán y se pide cambiar al castellano, pese a que ha reconocido que cada vez hay más quejas “impulsadas políticamente”.
En la misma línea se pronuncia Carlos Silva, catedrático y portavoz de Docentes Libres, quien considera que la presión que ejercen entidades como Plataforma per la Llengua van acordes al "refuerzo de la estrategia de victimización lingüística por parte de la Generalitat". Una estrategia que, a su parecer, comienza después del referéndum ilegal del 1-O y toma forma con el llamado Pacto Nacional por la Lengua de finales del 2021 y "todos los planes y proyectos de aumento de presión a los funcionarios castellanoparlantes en las distintas administraciones", como se ha visto recientemente con la "enfermera represaliada ominiosamente por manifestar su opinión públicamente sobre el requisito del C1 en el ámbito sanitario".
Así, cree que la autodenominada ONG del catalán, subvencionada por la Generalitat y otras adaministraciones públicas, es "un brazo ejecutor del poder nacionalista", al igual que opina la presidenta de la Asamblea por una Escuela Bilingüe, Ana Losada, que avisa de que Cataluña se encuentra "en medio de un proceso muy peligroso". "Se señala desde el Govern a ciudadanos que discrepan de la imposición lingüística y se da aire a asociaciones como Plataforma per la Llengua", que "anima a los chivatos a denunciar a los profesores". "Es una auténtica Inquisición orquestada desde la Generalitat, que busca el enfrentamiento".