El ex alto cargo de CDC y empresario independentista David Madí sigue con su tour mediático para atacar a Crónica Global por destapar el caso ambulancias. Un escándalo centrado en Ambulancias Egara y ahora relacionado con la causa del 3% que se instruye en la Audiencia Nacional y en el que está investigado por su presunta participación en la alteración masiva de los contratos de transporte sanitario en Cataluña.
Si ayer pasaba por los estudios de Rac1, hoy lo hace por Els Matins de TV3 sin un nuevo ápice de autocrítica. De hecho, insiste en que ha sido "víctima" de una supuesta operación contra él por ser uno de los hombres del procés. Pero la realidad es que Madí, más allá del caso de las ambulancias, ha estado y está involucrado en varios casos de presunta corrupción.
Ataca a los medios
El próximo mayo, David Madí deberá declarar como imputado a petición de la Audiencia Nacional, que sospecha que podría haber participado en la alteración masiva de los contratos de transporte sanitario en Cataluña. Hay indicios de ello, apuntados por directivos, que se tendrán que probar. Pese a ello, para Madí será una comparecencia que ha sido propiciada por unos medios de comunicación que se han basado en "un periodismo de filtración". Concretamente, ha cargado contra Crónica Global por sacar a la luz su presunta implicación.
"Es un medio de comunicación de las cloacas que monta 85 artículos en ocho meses para construir el caso", ha manifestado, tras asegurar que el caso se archivará siguiendo "la pauta" del caso Voloh.
Se compara de nuevo con la víctima de una violación
Pese a que su nombre aparece en varios informes policiales, Madí ha reiterado que contra él no pesa ningún delito, sino todo lo contrario. Y ha culpado a jueces, fiscales y cuerpos policiales de ir contra él para desgastarle. "Un documento intoxicado es uno donde se construyen de una base de unos hechos reales, donde se esconden los datos exculpatorios y donde se retuercen. Este documento se filtra a la prensa, la prensa se lo traga todo sin ningún tipo de contrastes. He sido víctima", ha agregado.
Y es que Madí ha insistido en su desafortunada comparación con la víctima de una violación en Manada. "A mí me detienen delante de mis hijos un día a las ocho de la mañana. Mientras estamos en la cárcel se dedican a filtrar ilegalmente conversaciones que no tienen nada que ver con ese caso y que son pura chafardería elegida. A partir de ahí empiezan a investigarme a mí y a todos mis clientes. Durante cinco años han estado hurgando en todos los aspectos de mi vida. Me parece que la comparación se puede entender, ¿no?", se ha jactado.
Ante el juez en mayo
Sea como fuere, el juez Santiago Pedraz, titular de la sala Central de Instrucción número 5 de Madrid interrogará a Madí el próximo mayo, pero también a José Ramón y Manuel Castarlenas, de la consultora RCM Auditores, así como a María José Cordovilla. Asimismo, tomará declaración al accionista familiar de la empresa Ambulancias Egara, Óscar Simón; al constructor leridano --e imputado también en el 3%-- Joan Albert Arqués; el exdirectivo de Cirsa Fermí Ferran y el CEO de Egara, Álex García-Gascón. Ello después de la petición de la Fiscalía Anticorrupción, que interesó esas imputaciones con base en el atestado policial que obra en la causa y en las entradas y registros acordados con anterioridad en la sede de la empresa sanitaria.
Tal como avanzó este medio, las pesquisas derivaron en una entrada y registro en las sedes de Ambulancias Egara en Cataluña en marzo. Directivos de la confianza de David Madí, Ferran y García-Cascón, se hicieron con esta empresa en 2015. Lo que se cuestiona es si el empresario independentista y ex secretario de Comunicación del Ejecutivo autonómico y sus hombres pudieron alterar la macrolicitación de transporte sanitario antes de que se celebrara en ese mismo año entrando en una de las empresas adjudicatarias.
Con todo, y pese a lo que él comente en sus bolos contra este medio, Madí sí estuvo en el caso ambulancias. Y no solo en un contacto en 2012, como ha reconocido Egara. El ex alto cargo de CDC dirigió la compra desde su despacho del paseo de Gràcia de Barcelona y también intervino en otra reunión en el hotel Don Cándido de Terrassa (Barcelona) en la que tomó parte el constructor leridano Joan Albert Arqués, además de Ferran.