Alrededor de un millar de agentes de la guardia civil han tenido que abandonar Cataluña a causa de la abierta hostilidad del secesionismo durante el procés. Así lo sostiene Jucil, asociación representativa de este cuerpo de seguridad del Estado, que reclama la dimisión del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, al considerarlo "cómplice" del intento del independentismo de "aniquilar" y "desmantelar" la Guardia Civil en esta autonomía.

"Desde hace años, y más concretamente desde el inicio del denominado procés, los guardias civiles destinados en Cataluña malviven debido al rechazo y al abandono que sufren de una parte de la sociedad catalana, la independentista". Así de claro se ha expresado este martes el secretario general de Jucil, Ernesto Vilariño, según el cual "cada vez son más los que deciden solicitar otros destinos" para trabajar y residir, "sin respirar la crispación que soportan".

Vilariño y su responsable en Barcelona, Milagros Cívico, han advertido de que desde que se inició el procés, los agentes de la Guardia Civil "malviven" en Cataluña por el "odio" de los independentistas, que les quieren "echar" de esta comunidad, con la complicidad --según ellos-- del Gobierno español, que acepta su desmantelamiento como "peaje político para mantenerse en el poder".

"Desmantelamiento" y cesión de competencias a los Mossos

Como ejemplo, han lamentado que en los últimos años el Ministerio de Interior ha permitido el traspaso de competencias de la Guardia Civil a los Mossos d'Esquadra en materias como el servicio marítimo, o que han sido excluidos del centro operativo del servicio de emergencias 112 y se ha desmantelado el Grupo de Desactivación de Explosivos de Lleida o el Grupo de Rescate de Montaña de Puigcerdà.



"Estamos asistiendo a un desmantelamiento soterrado de la Guardia Civil en Cataluña", ha denunciado Vilariño, mientras que Cívico ha remarcado que se trata de un proceso de "aniquilación".

Fuga de agentes en Cataluña

Según los responsables de Jucil, los "escarnios" y el "odio" hacia los agentes de la Guardia Civil y sus familias en Cataluña, junto a esta pérdida de competencias, han propiciado que durante el procés cerca de un millar de agentes hayan buscado nuevos destinos.

Así, de los 3.549 efectivos que la Guardia Civil tenía en Cataluña en 2019 --1.960 en Barcelona, 602 en Tarragona, 556 en Girona y 431 en Lleida--, en los dos primeros años del Gobierno de Pedro Sánchez el instituto armado tuvo 256 bajas en esta comunidad, que han ido aumentando hasta las 1.000, según las cifras de Jucil.

"El propio ministerio de Interior reconocía a finales de 2021 un déficit de 804 agentes sobre el catálogo necesario para cubrir sus funciones. O lo que es lo mismo, el 20% de los puestos del instituto armado en Cataluña está vacante. Y ello sin contar con que muchos de los huecos se cubren cada año con alumnos en prácticas", ha lamentado Vilariño. Según asegura, el ministerio ha admitido que hay 3.188 efectivos disponibles actualmente en Cataluña, lo que supone una caída del 9,2%, "casi un millar menos de los necesarios para cubrir las competencias".

"Imposición" del catalán

Ante esta situación, Vilariño ha apuntado que el ministro Marlaska se comprometió con él, en enero de 2022, a acordar la conversión de Cataluña como Zona de Especial Singularidad --como ocurre en el País Vasco, lo que comporta mejoras económicas y laborales para los agentes--, para hacer más atractiva Cataluña como destino de Cataluña y recuperar efectivos. A pesar de ello, asegura que desde entonces el ministro no ha dado ningún paso en este sentido.



Según Cívico, la situación en Cataluña para los agentes de la Guardia Civil es "un poco dramática", por lo que no es un "destino deseable" para otros compañeros. Entre otros motivos por la "imposición" del catalán en la escuela, donde este idioma es el único vehicular de forma obligatoria para todos los alumnos del sistema educativo de la Generalitat.

"Acoso" a hijos de agentes y retraso en la vacunación contra el Covid

La portavoz también ha denunciado el "acoso" que sufren los hijos de los agentes en sus colegios por el hecho de que sus padres sean guardias civiles, o el retraso y las reticencias de la Generalitat de Cataluña a vacunar a este cuerpo contra el coronavirus, algo que el Govern secesionista catalán sólo hizo tras verse obligado por orden judicial, lo cual generó un "ambiente hostil" que, a la postre, ha propiciado que apenas lleguen a Cataluña agentes por traslados "forzosos" y que salen de la academia.



Según Cívico, si Marlaska no cumple con su compromiso y ayuda a hacer más atractivo el destino de Cataluña, la Guardia Civil "poco a poco" va a ir "desapareciendo" de esta autonomía en manos de los secesionistas.

"Se nos considera extranjeros"

Vilariño ha indicado que, "salvando las diferencias", si Cataluña fuese decretada una zona de especial singularidad, como ocurrió con el País Vasco durante los "años de plomo" de ETA, se podrían cubrir el millar de agentes que faltan, ya que actualmente sólo se quedan los que tienen arraigo en esta comunidad.



"Se nos considera extranjeros", ha añadido Vilariño, según el cual la parte "radicalizada" de la sociedad catalana les quiere echar de esta comunidad "con el consentimiento del Gobierno y de la Generalitat".