Hace ya año y medio que Manuel Valls renunció a su acta de concejal del Ayuntamiento de Barcelona. Pero todavía está muy presente en la política municipal. Tanto que participa como convidado de piedra de la precampaña para las elecciones de mayo. Para bien o para mal, todos los cabezas de lista se refieren a él como el culpable de que Ada Colau revalidara su mandato. Valls se ha convertido, en definitiva, en el octavo candidato.
El ex primer ministro francés vive retirado de la política en París, aunque suele visitar La Cerdanya. Está casado con Susana Gallardo, cuya hija Gabriela --fruto de su matrimonio con Alberto Palatchi-- está embarazada. Ambos se estrenan como abuelos. Un acontecimiento en estos momentos prioritario, aseguran desde su entorno. Eso no impide que el exlíder de Barcelona pel Canvi acuda a eventos públicos y publique artículos en medios de comunicación. El matrimonio acudió el mes pasado a la celebración del ingreso del escritor Manuel Vargas Llosa en la Academia Francesa, donde departieron animadamente con el rey emérito.
El pasado 6 de febrero, La Vanguardia publicaba un artículo titulado Hermanamiento Barcelona-Tel Aviv, en el que Valls arremetía contra el antisemitismo, en respuesta a la decisión de Colau de romper relaciones con Israel de forma unilateral.
Las elecciones de 2019
Si Colau es alcaldesa es gracias a los votos de Manuel Valls, que desembarcó en la política catalana de la mano de Ciudadanos (Cs). Ernest Maragall, candidato de ERC, ganó las elecciones municipales de 2019, pero la suma de votos de los comunes, PSC y tres concejales de Barcelona pel Canvi permitieron a Colau volver a coger la vara de mando. Ese mismo día, Cs rompió con Valls, quien justificó su postura en la necesidad de impedir que el independentismo gobernara Barcelona.
Las encuestas, a día de hoy, no son muy favorables a ERC y todo apunta a que la pugna se centrará entre Xavier Trias (Junts per Catalunya), Jaume Collboni (PSC) y Colau. Sea para cerrar el paso de nuevo al secesionismo, sea para evitar que la alcaldesa repita --su gestión ha generado duras campañas políticas, económicas y sociales anticolauistas--, lo cierto es que el efecto Valls planea en esta precampaña ante la posibilidad de mayorías ajustadas y de que un grupo minoritario sea determinante en la elección del futuro alcalde o alcaldesa de la ciudad.
"Un traidor"
Anna Grau, candidata de Cs a la alcaldía, no ahorra críticas contra Valls y asegura que nunca dará apoyo a Colau. De esta forma se expresaba en una entrevista con Crónica Global: “El señor Valls fue una gran decepción, una traición. Valls tomó esa decisión (investir a Colau) en función de intereses personales y nada más, y lo último que puedes hacer en política, pero sobre todo en política municipal, es dar cheques en blanco. Lo peor que hizo Valls fue votar a Colau porque él le dio la gana, porque sí. Ni siquiera le puso una condición. Fue entreguismo. Yo eso no lo voy a hacer ni con Colau ni con el Papa de Roma”.
Xavier Trias, alcaldable de Junts, también es muy crítico con Valls: “Muchos amigos míos dieron dinero a Valls, quien acabó haciendo alcaldesa a Colau. No fue una operación orquestada solo desde Barcelona, fue una operación de Estado”, dice. El exalcalde asegura que nunca dará sus votos a Colau, pero se ha comprometido con Collboni y Maragall a votar su investidura si ganan las elecciones. Sin embargo, ni el socialista ni el republicano han dado su palabra de que harán lo mismo si Trias vence. A diferencia de Cs y Junts, Collboni nunca ha criticado a Valls y ha agradecido públicamente sus votos en las elecciones de 2019. Colau ha optado por el silencio, frente a quienes la acusan de haber aceptado el apoyo de la “derecha” en aquellas fechas.
Valents se desmarca de Valls
De confirmarse esas ajustadas mayorías que preconizan los sondeos, los partidos minoritarios cobrarían un especial protagonismo. Eva Parera sucedió a Valls al frente de Barcelona pel Canvi, partido reconvertido en Valents. Parera no ha vuelto a tener relación con Manuel Valls y marca distancias respecto a aquella investidura que visualizó un pacto entre comunes, PSC y el partido del que formó parte: “Valents no tiene nada que ver con Barcelona pel Canvi. Entre otras cosas porque Manuel Valls venía ya con una coalición formada con Ciudadanos. El perfil de Manuel y el mío son muy diferentes, y el del partido también”, manifestó Parera en este medio.
Valents intentó pactar una coalición constitucionalista con PP y Cs, una especie de UPN a la catalana que no prosperó. Daniel Sirera, cabeza de lista de los populares, se niega también a repetir una operación Valls porque considera a Colau y Collboni responsables de la degradación de la ciudad. Otra cosa es que el socialista se sometiera a la investidura y gobernara en solitario.
Otro ejemplo de que el fantasma de Manuel Valls planea sobre la precampaña son las declaraciones de Maragall, quien en referencia a las encuestas que dan como ganador a Trias, advirtió de “una operación” para impulsar al líder de Junts como la que hace cuatro años se llevó a cabo con Manuel Valls. “Es una operación dirigida y perfectamente descriptible. La vimos hace cuatro años y la volvemos a ver ahora con otros protagonistas en la misma dirección: el afán de controlar y dirigir qué pasa en la ciudad y decir quién está en condiciones de gobernarla”, dijo el republicano.