La soberanía energética de Jordà se estrella contra la realidad
El freno a las renovables aumentó la dependencia de Cataluña de recursos externos como el uranio y el gas para cubrir la demanda eléctrica en el primer semestre de 2022
11 agosto, 2022 00:00Alcanzar la soberanía energética se ha convertido en un mantra del Departamento de Acción Climática, capitaneado por Teresa Jordà. Así lo ha declarado en numerosas ocasiones la consejera y así consta en el PROENCAT 2050, la hoja de ruta del Govern que dibuja un horizonte de energía totalmente limpia y sostenible para mediados de siglo.
El tercer principio vertebrador de este documento señala expresamente que "Cataluña tiene una dependencia energética muy elevada y está expuesta a las decisiones estratégicas de otros países y actores". La clave para revertir esta situación consiste en extender las alternativas renovables que, al aprovechar recursos propios como el aire y el sol, permitirían cortar lazos con el exterior. Pero las cifras desmienten las aspiraciones de Jordà.
Energía nuclear y gas
Según datos extraídos de Red Eléctrica Española (REE), en el primer semestre de 2022 tanto la energía nuclear como el gas (recursos externos) coparon el 80% de la demanda eléctrica en Cataluña. En concreto, la fisión de uranio proporcionó el 56,02% de gigavatios (GW) necesarios para los hogares y la industria, mientras que los ciclos combinados (14,07%) y las instalaciones de cogeneración (9,88%) satisficieron el 24% de la demanda. Destaca de forma singular la quema de combustible fósil a través de la tecnología de ciclos combinados, que se ha acrecentado en un solo ejercicio un 55%.
Muy por detrás quedaron recursos autóctonos como la hidráulica (7,73%), la eólica (6,26%) y la solar fotovoltaica (0,91%). De hecho, las fuentes propias de energía han caído en términos interanuales. Si en el primer semestre de 2021 las renovables cubrían el 18,3% de las necesidades de la red, en el mismo periodo de este año este porcentaje se ha contraído hasta el 16,5%. Ello pese a la voluntad expresada repetidamente por Jordà de impulsar estas opciones en aras de alcanzar la soberanía energética.
Las renovables, a la espera
Según el último informe elaborado por el Observatorio de las Energías Renovables de Cataluña (Obercat), la situación es "alarmante". “Los datos son alarmantes porque reflejan la dificultad para cumplir los objetivos para el 2030″, advierte el estudio. En efecto, la ley catalana de cambio climático aprobada en 2017 fijaba un marco temporal de descarbonización al 40% en 2030 y al 100% en 2050.
Ello contando con una fuerte electrificación de la economía --el PROENCAT calcula que en el consumo final se pasará del 25% al 76% en 30 años-- y con el plan de apagón atómico que ni Govern ni Gobierno están dispuestos a reexaminar. La única salida a este encaje de bolillos pasaría por un gran despliegue de parques solares y eólicos, pero Cataluña se ha quedado muy rezagada en este objetivo.
Objetivos (casi) inasumibles
Según cifras de REE, a cierre de 2021 la capacidad de generación eléctrica en la comunidad con fuentes de energía renovables era de 4.030,84 megavatios (MW). Durante el año pasado, la capacidad de generación renovable neta aumentó apenas 1,42MW: 0,16MW hidroeléctricos, 1,26 MW en placas solares y cero incremento en eólica. Tan solo creció ligeramente el autoconsumo fotovoltaico, que conectó 87,3 MW hasta sumar un total de 212,1 MW --hay que destacar que este auge, aunque reseñable, solo cubre el 0,6% de la demanda eléctrica en la región--.
El informe de Obercat concluye de forma terminante: "Si no se da un vuelco a la situación, el 94% de los objetivos de energía renovable que tiene Cataluña para 2030 solo se podrán cubrir con importaciones de fuera de Cataluña". Y se apunta a un "fracaso estrepitoso en los objetivos del Govern para alcanzar los objetivos comprometidos en la transición energética".