Un grupo de decenas de simpatizantes secesionistas han vuelto a cortar el tráfico de la Avenida Meridiana de Barcelona, a pesar de que su protesta interrumpiendo el tráfico es ilegal desde ayer sábado al no tener autorización de la Generalitat de Cataluña.
Los concentrados han invadido la calzada a placer, sin que los Mossos d'Esquadra presentes en el lugar se lo impidieran. Toda la intervención de la policía autonómica se ha limitado a recordarles minutos antes del corte que éste no está permitido, y que se arriesgan a ser sancionados con multas de hasta 600 euros, según TV3.
Impunidad y sardanas
Sin embargo, la concentración se ha desarrollado sin incidencias y ante la pasividad de los Mossos. La impunidad ha sido total y el ambiente, festivo. Así, buena parte de ellos de ellos se ha animado a bailar sardanas en medio de la calzada. En otros momentos, algunos han coreado sus habituales improperios ultranacionalistas e insultos como "puta España".
A diferencia del sábado --primer día en que esta concentración secesionista carecía del permiso de la Consejería de Interior--, la afluencia ha sido notablemente inferior: así, si el día antes acudieron unos 300 manifestantes --entre ellos, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y diputados de JxCat como Francesc de Dalmases--, en esta ocasión volvieron a ser las escasas decenas habituales.
Sin permiso
Los concentrados han seguido de nuevo el llamamiento del colectivo ultra Meridiana Resisteix y de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), la entidad que desde hace dos años y medio había recibido el consentimiento de los dirigentes secesionistas del Govern para cortar cada día el tráfico de esta importante vía de acceso y salida de la ciudad, reivindicando lo que denomina "el mandato del 1-O" y respaldar a "los represaliados" (sic).
Los radicales han desobedecido de este modo a la Consejería de Interior, que el pasado jueves denegó la renovación del permiso para interrumpir el paso de vehículos en la Meridiana, e instó a desplazar su concentración a una plaza ubicada a escasos metros del lugar: concretamente, en la explanada ubicada frente a la estación de tren de Fabra i Puig. Por segundo día consecutivo, los manifestantes han preferido seguir alterando el paso del tráfico y la tranquilidad de los vecinos.