El nuevo calendario escolar ha puesto en pie de guerra a la comunidad educativa, dejando en segundo plano otros problemas enquistados del sistema de enseñanza catalán: las infraestructuras. La Generalitat admite “un déficit importante de construcciones escolares”, lo que se traduce en la existencia de 1.006 módulos prefabricados (barracones), el doble que en 2003. Así, un total de 95 escuelas están ubicadas íntegramente en espacios provisionales. La imagen de precariedad favorece la segregación al dar una imagen de la escuela pública asociada a recursos escasos.
“La disponibilidad presupuestaria, la cesión de solares y la revisión anual de las necesidades de escolarización hace que los listados de las obras priorizadas se adecúen anualmente”, explica la Generalitat en respuesta a una pregunta parlamentaria formulada por la diputada de PSC-Units Esther Niubó.
"En continua revisión"
El Govern reconoce que no dispone de la relación de obras pendientes porque se trata de un documento "en continua revisión”. Y, en cuanto al calendario, “al tratarse de obras que todavía no disponen de partida presupuestaria, no se puede concretar”. Según contempla el Plan director de Infraestructuras educativas de la Consejería de Educación, en los últimos seis cursos se han abierto 157 nuevos centros públicos que imparten enseñanza obligatoria, de los que 47 ocupan hoy su edificio definitivo. El resto funcionan en instalaciones consideradas provisionales, ya sean módulos prefabricados, otras escuelas o edificios no escolares adecuados temporalmente”.
Ahora bien, "desde 2001 hasta 2013 la población en edad escolar pasó de 1.064.000 a 1.389.000 alumnos, lo que supuso un crecimiento de 325.000 niños que se tuvieron que escolarizar sobre todo en las primeras etapas de las enseñanzas obligatorias. Este hecho ha supuesto que, a pesar del crecimiento contenido de nuevos centros en los últimos años, el parque escolar catalán arrastra un déficit importante de construcciones escolares previas al curso 2012-2013”, admite la Generalitat.
Espacios provisionales
En este sentido, además de los 85 centros abiertos en los últimos siete años que no tienen edificio, hay 41 centros, 32 escuelas y 9 institutos, abiertos en cursos anteriores, que siguen íntegramente en espacios provisionales.
Respecto a las escuelas que se encuentran en lista de espera como centros de nueva construcción, está previsto que dos de ellos arranquen en 2022 y 2023. Se trata del Instituto Les Cinc Sènies de Mataró, cuya partida presupuestaria fue acordada en 2019 (6,6 millones). Las obras comenzarán en 2023 y finalizarán en 2025. Asimismo, los trabajos del Instituto Els Roures de Dosrius comenzarán este año y finalizarán en 2021. Su presupuesto es de 5,2 millones. En total, la Generalitat tiene suscritos con los ayuntamientos un total de 28 convenios para construir o reformar centros educativos. La mayoría están confinanciados por ambas administraciones, lo que complica la disponibilidad presupuestaria de los pequeños municipios.
Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Ignacio Marín Blanco, ha presentado una propuesta de resolución sobre la eliminación de aulas prefabricadas en la que insta al Govern a redactar un informe anual detallado de los módulos prefabricados, así como un plan para la eliminación gradual de barracones. Aporta datos. Si en 2003 había 527 módulos prefabricados, actualmente hay 1.006. En la ciudad de Barcelona hay 11 centros escolares que desarrollan su actividad completa en módulos prefabricados. Los más antiguos, que se remontan a 2016: la escuela 30 Passos, en La Sagrera, Flor de Maig, en Poblenou, y Entença, que provisionalmente está en el recinto de la Escuela Industrial a la espera de su traslado al espacio que se creará en la antigua prisión Modelo.
"Los inconvenientes de estas instalaciones son muchos, ya que los alumnos perciben la diferencia con sus compañeros en aulas tradicionales, algo que se convierte en una sensación de precariedad y de estar de paso. La imagen de un centro y las infraestructuras aparecen como elementos relevantes a la hora de elegir escuela. Y de forma indirecta, los barracones favorecen la segregación al dar una imagen de la escuela pública asociada a recursos escasos, lo que la aleja de las preferencias de las familias más acomodadas", explica la formación naranja en su escrito.